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Leyendas Cortas

K’uk, el quetzal. Leyenda maya.

Algunas leyendas mayas relativas al origen del universo, cuentan que  Kukulkan, el dios creador, y Tepeu, el dios del Cielo, crearon al mundo. Cuando se afanaron en dar vida a las aves, el quetzal nació de los soplos que los dioses dirigieron a un árbol de guayacán. Con el soplo divino las hojas azul-verdosas del guayacán salieron volando, y en su vuelo adoptaron la formar de esta maravillosa ave de majestuoso y largo plumaje.

Kukulkán, el dios más importante del panteón maya, cuyo nombre significa Serpiente de Plumas, y precisamente de plumas de quetzal, se conoce en la mitología quiché con el nombre de Gucumatz. A este omnipotente dios se le veneraba mucho tiempo antes del asentamiento maya en la Península de Yucatán, y aun incluso antes de la formación de Chichén Itzá  en el siglo VI. El libro sagrado de los mayas quichés el Popol Vuh, relata que fue Gucumatz junto Tepeu, quienes, después de varios infructuosos intentos, dieron forma al mundo donde no existía nada sino un tranquilo y apacible mar. Inventaron la Tierra y la poblaron de animales y de seres humanos. Antes de la Creación, Tepeu-Gucumatz, la dualidad sagrada, vivía enterrada en plumas de quetzal. Un cierto día el dios triple llamado Uk’ux Kaj, Corazón del Cielo,  dios del Viento, las Tormentas y el Fuego, les despertó de su divino letargo con el propósito de inducirlos a realizar el acto supremo.

En el templo dedicado a Kukulkan, construido  por los mayas itzáes en el siglo XII d.C., en la mencionada ciudad de Chichén Itzá, ocurre un curioso fenómeno acústico. Se dice que en la famosa escalinata donde aparece en los equinoccios de primavera y otoño la Serpiente Emplumada descendiendo, si una persona hace palmas en la parte de enfrente de la escalinata, el sonido se propaga en el peralte de los escalones y se produce un eco distorsionado que se escucha como el suave canto del quetzal… De aquellos quetzales que llegaron en tiempos pasados y de los cuales nos dice el Chilam Balam de Chumayel:

Llegarán a su ciudad (hace referencia a Chichén Itzá) los itzáes, llegarán plumajes, llegarán quetzales, llegará Kantenal, llegará Xekik, llegará Kukulcán. Y en pos de ellos otra vez llegarán los itzáes…   

Y los quetzales siguen estando presentes.
 
Sonia Iglesias y Cabrera


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