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Tepoztécatl, el héroe

Cuentan las abuelitas de Morelos que hace muchos años, una hermosa princesa se embarazó de un pajarito muy bello y de muchos colores. Como la muchacha no estaba casada, los padres se enojaron mucho con ella, ya que no le creyeron que el padre era un pajarillo y pensaron que había sido un joven aprovechado. Y como los padres no querían al niño, cuando nació decidieron abandonarlo en un hormiguero para que las hormiguitas se lo comieran. La hermosa princesa le había puesto el nombre de Tepoztecátl.

Pero las hormigas eran muy buenas y en lugar de devorarlo, lo alimentaron con gotas de dulce miel que obtenían de un panal de abejas silvestres. Poco después, las hormigas decidieron dejarlo en un maguey para que muriera. Al sentirlo, el maguey se puso muy contento, lo cobijó con sus pencas y lo alimento con el aguamiel que llevaba en sus entrañas. Poco después, lo colocó en una caja de madera y lo puso sobre las aguas del río Atongo para que se lo llevara el río hasta la parte más baja y se ahogara.

La increíble pirámide del Cerro del Tepozteco.

Una pareja de viejitos que vivía en Tepoztlán y en ese momento estaba en las orillas del río, recogió la caja donde estaba el niño Tepoztécatl y lo criaron y cuidaron como su fuera su propio hijo. El niño creció y se volvió fuerte y hábil con las armas. Cuando en una ocasión la terrible serpiente llamada Mazacóatl apareció por Xochicalco para comerse a los habitantes, el padre adoptivo del joven fue elegido para matarlo. Pero como ya era viejito Tepoztécatl tomó su lugar sin importarle el peligro que corría. Por el camino el muchacho recogió muchos trozos de obsidiana que guardó en su morral. Tepoztécatl fue a luchar contra ella, la serpiente se lo tragó, pero el joven logró salir cortándole los intestinos por dentro con los cristales de obsidiana.

Cuando regresó a su pueblo todos lo festejaron y lo nombraron Señor de Tepoztlán y sacerdote del Dios Ometochtli, Dos Conejo. Años después Tepoztécatl desapareció y se fue a vivir para siempre en la pirámide que se encuentra en la cima del cerro del Tepozteco.

Sonia Iglesias y Cabrera

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