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Ciudad de México

La confesión de una muerta


Este hecho narra lo que le sucedió a un sacerdote de la Ciudad de México, de apellido Aparicio. Se cuenta que siendo noche, había sido invitado a cenar a la casa de una noble familia, cuando fue interrumpido por unas personas que tocaban a la puerta. Los criados le avisaron al padre Aparicio que lo buscaban dos individuos humildes que aparentemente estaban algo pasados de copas.

 

Salió el padre a ver quién le llamaba y los dos desconocidos le pidieron que los acompañara indicandole que había una moribunda que necesitaba absolución de sus pecados, en un lugar cercano. El padre Aparicio se disculpó con el dueño de la casa, diciéndole que acudiría a ese llamado y regresaría en breve. Una de estas personas le señaló la dirección a seguir, y caminaron por un estrecho callejón. Al final de éste estaba una carreta y un cochero que le dijeron lo llevaría con la persona de la que se hablaba. Ayudaron al Padre Aparicio a subir, e indicaron al cochero que ya sabía a dónde tenía que llevar al clérigo.

 

El carro comenzó a desplazarse, dejando atrás las calles del Centro de la Ciudad de México, y poco a poco el Padre Aparicio comenzó a distinguir que se acercaban a los límites de la región más habitada. Fue entonces que llegaron a una casa con aspecto descuidado y ruinoso. Las ventanas estaban cerradas con tablones y la puerta desvencijada carecía de cerradura, por lo que rechinó sonoramente cuando una anciana vestida con andrajos y rebozo salió a recibir al Padre.

 

El Padre Aparicio, se desconcertó un poco ante la apariencia de la casa, pero se presentó con la vieja, que lo invitó a pasar, con lágrimas en los ojos. La casa estaba casi vacía, sin muebles, a no ser por una mesita donde había un candelabro que iluminaba la estancia. Debido a su voz queda y a que la mujer ya carecía de la mayor parte de su dentadura , el Padre apenas pudo comprender que la anciana le dijo que en piso superior estaba la moribunda.

 

Después de subir por la apolillada escalera de madera, el Padre se encontró con que la casa estaba en el mismo estado que el piso inferior, como abandonada, carente de mobiliario, como si se hubieran mudado hacía tiempo. Al fondo, la tenue luz de una veladora alumbraba un petate sobre el cual estaba una mujer joven, enfundada en un vestido de terciopelo con una diadema en la frente. La enferma, sudaba por la intensa fiebre y decía cosas ininteligibles, siendo el delirio una manifestación de lo grave de su estado. El Padre se acercó lentamente hacia el lecho, limpió la frente de la mujer con su pañuelo, se sentó en un banquito y después de escuchar atentamente la confesión, absolvió los pecados de la moribunda, dándole su bendición, y apretando su mano, que poco a poco fue perdiendo la fuerza. El pecho de la enferma comenzó a dejar de expandirse y su respiración fue disminuyendo convirtiéndose en un tenue suspiro hasta que finalmente ya no se pudo percibir. Los ojos vidriosos que nunca miraron claramente al Padre Aparicio se quedaron fijos en el techo…había fallecido.

 

El Padre Aparicio se levantó del banco y salió de la habitación, buscando a la anciana, sin embargo no la encontró en el piso superior. Bajó las escaleras buscándola, venciéndose la parte superior de la estructura inmediatamente después de usarla, y quedando sin acceso a la parte de arriba. Preocupado, el Padre salió de la ruinosa residencia. El frío viento soplaba en el exterior, cerrando la puerta principal. No había señales del carruaje que lo había llevado, ni del chofer. Asustado, el Padre Aparicio se alejó caminando y luego corriendo, espantado por lo extraño del acontecimiento, regresó a pie de nuevo hasta el Centro, pálido y sobresaltado, y llegó a la casa donde un rato antes había estado de invitado, y contó con detalle lo que le había pasado.

 

El dueño de la casa ordenó a sus criados atender al clérigo y luego les indicó que prepararan un carro para ir con el Padre Aparicio a la casa mencionada para esclarecer lo que había pasado. Cumpliendo sus órdenes, los criados prepararon el carro del señor y escoltados por dos que iban armados y a caballo fueron en la dirección que les dijo el Padre Aparicio.

 

Así pues, llegaron al lugar que les indicó y grande fue su sorpresa al encontrar la casa en el descuidado estado que les había comentado el Padre, sin embargo, la puerta estaba atrancada y cerrada con clavos ya oxidados. Tras derribar la puerta, los hombres entraron, y el Padre Aparicio reconoció la casa como la misma en donde había recibido la confesión de la moribunda, sin embargo, todos coincidían en que la casa tenía el aspecto de estar abandonada hacía años. Después de unos momentos, el Padre Aparicio se asomó por una ventana, donde distinguió algo que lo sobrecogió: En donde había estado un jardín, junto a un árbol, estaba su pañuelo muy bien doblado justo delante de lo que quedaba de una lápida, casi deshecha por el tiempo. Los criados se apresuraron a escarbar en la tierra, y encontraron un ataúd de madera, que contenía los restos de una mujer vestida con terciopelo, como la que había visto el Padre Aparicio, y en su frente una diadema, la misma que llevaba puesta la moribunda.

 

El hallazgo estremeció a los testigos y a todos los que se enteraron del fenómeno. El Padre Aparicio no volvió a ser el mismo desde entonces, se volvió introvertido, se encerraba a orar a altas horas de la noche y su salud se vió mermada por la falta de descanso, ya que tuvo muchas dificultades para conciliar el sueño.

 

El nombre de la persona que había confesado el padre Aparicio nunca se pudo determinar, y éste, imposibilitado para divulgar los detalles por el secreto de confesión, tuvo que llevarse a la tumba la identidad de la mujer.

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Leyendas Urbanas de Terror

El suicidio de la enfermera

Leyendas Urbanas de Terror

 

ESTA ES LA HISTORIA DE UNA JOVEN ENFERMERA A PUNTO DE CASARSE, QUE SE QUITÓ LA VIDA TRAS CONOCER EL FALLECIMIENTO DE SU NOVIO EN ACCIDENTE DE TRÁFICO

 

Cuenta la leyenda que hace muchos años una bella enfermera se preparaba a contraer nupcias con un joven médico, ambos trabajaban en el hospital Arzobispo Loayza, de Lima, la capital peruana. La fecha de la boda estaba cerca y el novio viajó a su ciudad natal para invitar a sus familiares.

En el trayecto ocurrió un accidente de tráfico en el cual el apuesto médico perdió la vida.

Al enterarse de la noticia la bella enfermera que se encontraba de guardia en una fría noche limeña, decidió suicidarse.

Por aquella época, el hospital se estaba implementando de nuevos pabellones, con lo cual tenía maquinaria de construcción de la época. La enfermera que trabajaba en una segunda planta decidió tirarse al vacío y así acabar con su vida; así sucedió y con tal coincidencia cayó sobre unos hierros que acababan en punta, los cuales le quitaron la cabeza literalmente. Allí quedó muerta la bella joven enfermera sin cabeza.

Pasado el tiempo, aún se le ve caminar por los pabellones de dicho hospital. Algunos pacientes juran haber sido atendidos por una enfermera de traje blanco resplandeciente y capa de terciopelo azul, cuando en realidad ahora las enfermeras en el Perú no llevan capa azul…

Algunas personas dicen no haber podido verle la cara, y desde esos fenómenos se ha creado la historia de la enfermera sin cabeza… Misterio, regreso del más allá. ¿Resignación a seguir con el trabajo de su vida?… Juzguen ustedes.

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Mitos Mexicanos

Las plumas del Pavo Real

 

Hubo una época en la que las aves no son como las vemos ahora. Entre ellas había constantes riñas porque todas creían que tenían mayor importancia que las otras, algunas por lo bello de su canto, otras por sus llamativos plumajes.

 

En ese entonces, el Gran Espíritu que todo lo sabe y todo lo ha creado, convocó a una asamblea, para elegir a una que pudiera gobernar a todas las aves, con la nobleza que requería tan elevado cargo.

 

Comenzaron la aves a discutir con las otras sobre el concurso, y empezaron cada una a exaltar sus virtudes, pretendiendo ser merecedoras de tal distinción.

 

-Seguramente será elegida el ave con el canto más dulce – dijo Xkokolch, el ruiseñor, desde la rama de un grueso árbol- así podrá lograr el concenso de todas y su voz será una caricia para las que se encuentren apesadumbradas.

 

-Te equivocas – replicó Cutz, el Pavo Montés, mientras se posaba en otro árbol- eso no es lo que necesitamos. Quien gobierne a las otras aves debe ser fuerte, con el carácter y rigidez que el puesto requiere, para poner orden donde nunca lo ha habido – y con sus garras rompió la rama en la que estaba posado.

 

– Estoy en desacuerdo! – contestó Chac-dzibdzib, el Cardenal, mientras desplegaba sus alas – no hay otra ave que sea más capaz que yo para gobernar aquí – Mi trayectoria es impecable, y todo el mundo se admira de mi plumaje color escarlata.

 

Dzul-Cutz, el Pavo Real, escuchaba a las otras aves que trataban de exaltar sus características. Pero él, como en ese entonces no tenía un plumaje muy bello, se inhibía por su escaso atractivo, y se llenaba de envidia. En un momento, le vino a la mente su Puhuy, el mensajero de los caminos, quien por estar ausente no se había enterado de que las aves discutían quién debía ganar el concurso.

 

Dzul-Cutz el Pavo Real, se encaminó hacia la casa de éste último y le comentó de la convocatoria:

 

-Yo sé que no soy capaz de concursar con este plumaje para este concurso, y en tu caso, tú tienes un plumaje hermoso, pero eres demasiado pequeño para ser el Rey de las Aves, y tal vez te pueda faltar la elegancia y gracia que yo poseo. He venido a proponerte algo: Si tú me prestas tu plumaje yo podría ganar el concurso y entonces compartiría mis riquezas y honores de mi reino.

 

El pájaro Puhuy al principio desconfió, pero después de que Dzul-Cutz le insistió, logró quedar convencido y le prestó sus plumas, que al principio fueron pocas pero después se reprodujeron para cubrir el cuerpo del Pavo Real con un estupendo vestido con una larga cola con el color turquesa del mar, y los colores cálidos del atardecer.

 

Dzul-Cutz el Pavo Real se dirigió al elegante edificio donde se habían reunido las aves a elegir al Rey de las Aves, y al entrar contoneándose y con el cuello erguido causó exclamasiones y las aves más bellas, que habían pensado ser merecedoras de el primer lugar movieron la cabeza con incredulidad al contemplar la galanura con la que se adueñaba Dzul-Cutz del evento, mientras entonaba un melodioso gorjeo.

 

El Gran Espíritu, maravillado ante la imagen del Pavo Real, no dudó en proclamar al Pavo Real como monarca de las aves, y entoncesordenó difundir la noticia por todos los alrededores

 

Sin embargo, Dzul-Cutz no devolvió a Puhuy sus plumas, y después de unas semanas apareció éste último tapándose debajo de un arbusto, y con frío. Al haber ganado a riquezas y honores, el Pavo Real se había olvidado del favor que le había hecho su amigo. Todas las aves hicieron saber al Gran Espíritu que el Pavo Real había logrado ese bello plumaje por medio de la traición que había hecho a Puhuy y exigieron que fuera castigado.

 

Desde entonces, cada vez que el majestuoso Pavo Real abre el pico, no sale más un bello canto de su garganta, sino un sonido desagradable que causa risa en las otras aves, en castigo a su mala acción.

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Leyendas Urbanas de Terror

El perro de Satanás

Leyendas Urbanas de Terror

 

EN UNA FÁBRICA DE UNO DE LOS BARRIOS MÁS PELIGROSOS DE MAR DE PLATA (ARGENTINA) SE SUCEDEN EXTRAÑOS SUCESOS QUE TIENEN EN VILO A LOS EMPLEADOS Y VIGILANTES

 

Se dice que hay una fábrica en un barrio precario en la ciudad de Mar de Plata, en Argentina, en la cual suceden muchos hechos extraños.

Detrás de la fábrica hay un descampado y muchas veces por la noche se suelen ver duendes o nenes que corren y desaparecen, y lo más tenebroso de todo viene ahora…

Esta fábrica reporta un desaparecido por año, especialmente entre los serenos que la vigilan. Por la noche, cuando el sereno cuida la fábrica, suele escuchar silbidos y hasta respiraciones cerca.

Una vez corrió el rumor de que uno de los empleados por la noche mientras vigilaba el lugar al sentir un gruñido se asomó por la ventana y vio un perro gigante, así como un caballo, y que no se va a olvidar nunca de los ojos rojos de este.

Dicen que el dueño hizo un pacto con el diablo y desde ahí nunca más le robaron, pero a cambio él debe entregar un alma por año, o sea la de un empleado.

Este perro es supuestamente una bestia enviada por el mismo Satanás para evitar los siniestros, dado que es un barrio extremadamente peligroso.

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Ciudad de México

La Isla de las Muñecas

 

Murió el señor Julián Santana Barrera, nativo del Barrio de la Asunción falleció a la edad de 80 años, fue un personaje muy pintoresco.

 

En los años 50 me tocó conocerlo y convivir con él, pues en esa época el señor asistía a la pulquería Los Cuates ubicada en la Plazuela de La Asunción.

 

Yo era el hijo del jicarero y el señor Julián comenzó a hablarme porque yo lo atendía, entre la gente del barrio era conocido con el mote de La Coquita (pajarito abado que existe en la zona chinampera), debido a que ese pájaro era muy pequeñito.

 

Él pasaba con su carretilla llena de verduras y hortalizas que él cultivaba, las llevaba a vender al tianguis de Xochimilco y siempre iba con su calzón blanco amarrado hacia las rodillas y con un jorongo.

 

  Al término de sus ventas se iba a Los Cuates a tomar su pulque, pero a nadie de los presentes en la pulquería les hablaba, ya que era muy retraído, aunque después le dio por andar en los Barrios pregonando la palabra de Jesús y en cada esquina se ponía a rezar y a hablar de Dios.

 

En esa época hablar de Dios sin ser sacerdote significaba blasfemar, ya que se aplicaba a toda persona que no tenía autoridad sacerdotal para lo mismo y era mal visto en Xochimilco, por lo que más de tres veces fue agredido por el pueblo. Después le dio por recoger en todos los barrios las muñecas que estaba tiradas en la basura, más tarde se perdió, pues nadie preguntaba por él, por lo que no se sabía si aún vivía.

 

Pero cuando se realizó el rescate ecológico de Xochimilco en los años noventa y el lago estaba totalmente cubierto de Lirio Acuático, llamó la atención que su chinampa estaba rodeada de muñecas y en esa zona nadie vivía.

 

Era una choza hecha de chinami, carrizo, ramas de ahuejote y zacatón, y él a nadie recibía, vivía como un ermitaño.

 

Con el tiempo comenzaron a llegar periodistas que lo querían entrevistar y yo fui la persona afortunada a quien aceptó con los mismos, porque él se acordaba de mi persona cuando lo atendía en la pulquería Los Cuates.

 

Él no quería hablar sobre las muñecas que tenía en su chinampa, pero después él aceptó darnos su versión sobre las mismas.

 

El decía que estaba allí para ahuyentar a los malos espíritus y para que se dieran mejor sus cosechas. Platicaba que las muñecas aparecían de repente y que ellas lo acompañaban por las noches .

 

Tenía una muñeca preferida que era La Moneca, de todas las chozas que tenía, siempre la trasladaba de una a otra. Una de las chozas estaba llena de mulitas que él hacía con hojas de maíz y las tenía colgando, también tenía cruces que hacía con pedazos de madera de ahuejote, recortes y fotografías de personajes de la política, delegados de Xochimilco, artistas, estudiantes y gente que lo iba a visitar.

 

Su cocina estaba al aire libre y tenía un tlecuil hecho con lodo, un comal de fierro, tenía en su cocina alrededor, colgados carpas secas que pescaba frente a su chinampa, también tenía recortes de periódicos que los periodistas le regalaban de los reportajes que le hacían

 

Las personas que se encargaban de cuidarlo estaba su hermana y su sobrino El Chope, quien era el encargado de llevarle diariamente su comida y su desayuno, también era el que bajaba a Xochimilco a vender sus cultivos de su tío Don Julián.

 

Platicando con su sobrino, se le preguntó que cómo había sido el accidente y comentó que para él y su tío era un día común y corriente:

 

Temprano habían sacado agualodo (lodo del fondo de l canal para hacer el chapin (composta de lirio acuático en donde encima se coloca el lodo, se deja reposar tres días y con un cuchillo hacen cuadros y en cada uno se depositan la semilla)para hacer sus siembras).

 

Después fue a realizar otras cosas a la parte de atrás y se puso a pescar con anzuelo como siempre lo hacía y le comentó a su sobrino y le comentó que un pez se le había escapado dos veces.

 

Después le llamó Don Julián a su sobrino mostrándole el pescado que agarró, grande de por lo menos 4 ó 5 kilos y dijo:

 

-" ya lo tengo, él que se me había escapado"

 

El sobrino le contestó que estaba bien.

 

Don Julián entonces, le comentó que la sirena le había estado llamando por que se lo quería llevar y entonces le dijo que le iba a cantar para que no se lo llevara, porque al parecer anteriormente ya le había comentado su tío que cantándole a la sirena no se lo llevaba y le dijo su sobrino que tuviera cuidado.

 

-Yo voy a ordeñar las vacas y ahorita regreso. Entonces cuando el sobrino regresó con la leche , buscó a su tío, y descubrió que se había ahogado, lo que sucedió muy rápido.

 

Sus familiares, están muy dolidos de haber perdido a Don Julián, pero dentro de su tristeza ellos están conformes pues su tío murió donde él quería, junto con sus muñecas y la sirena del que tanto hablaba se lo había llevado.

 

El señor Julián era el clásico nativo de Xochimilco, delgado, lampiño, de barbita y bigote ralo, su cuerpo está siendo velado en la casa de su hermana en el Barrio de Xaltocan, en la calle prolongación 16 de septiembre con el número 136.

 

Su misa de cuerpo presente será a las 11:00 horas en la iglesia de Barrio de La Asunción y será sepultado en el Panteón municipal de Xochimilco Xilotepec.

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Leyendas Urbanas de Terror

La última fechoría del loco de Ciempozuelos

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ESTE ES EL ESCALOFRIANTE RELATO DE LO QUE LE SUCEDIÓ A UNA PAREJA DE NOVIOS CUANDO VOLVÍAN DE FIESTA EN LAS CERCANÍAS DEL MANICOMIO DE CIEMPOZUELOS

 

En Ciempozuelos hay un famoso manicomio al cual van a parar individuos de todas partes de España con todo tipo de problemas mentales, algunos de ellos son realmente peligrosos. Un sabado por la tarde corria por el pueblo el rumor de que se habia escapado del manicomio un "loco" de los mas transtornados y peligrosos.

Esa misma noche, una pareja de enamorados de un pueblo vecino y a punto de casarse, se disponia a volver a casa despues de una noche de juerga. A un par de kilometros de su casa el coche se les queda sin gasolina y se detiene en el arcen de la carretera. Despues de estar un tiempo esperando a que alguien les pudiese socorrer sin fortuna, el novio decide acercarse a por una lata de gasolina ya que la gasolinera estaba cerca, quedandose la novia al cuidado de el coche.

Habian pasado ya 2 horas, el novio aun no habia regresado y estaba ya muy nerviosa cuando de repente comienza a escuchar unos sonidos fuertes, secos y entrecortados en el techo del coche, como si lo estuviesen aporreando. Aterrorizada, decide salir corriendo del coche y cuando esta un tanto alejada gira la cabeza y observa que sobre el coche hay una persona dando golpes sobre el techo con una cabeza humana: LA DE SU NOVIO.

A partir de esa noche la chica cayo en una profunda crisis nerviosa que no superó y fue internada en el manicomio, donde aun permanece. Esa misma noche, un par de horas mas tarde, la Guardia civil de Ciempozuelos detuvo al "loco" que se habia escapado con las manos y la ropa completamente empapada en sangre…

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El Chupacabras

El término Chupacabras es el nombre de un ser mitológico contemporáneo que ataca a animales de diferentes especies en zonas ganaderas, agrícolas o rurales. El mito tuvo origen en la isla de Puerto Rico. Se argumenta que existe en América Central y América del Sur, en países como México, Chile, Guatemala, en la isla de Puerto Rico, etc; y en algunas zonas del sur de Estados Unidos.

El mito del Chupacabras alcanzó la popularidad en la década de 1990, siendo utilizada su imagen para el diseño de camisetas, llaveros y diversos artículos turísticos.

 

Comienzo de la leyenda en Puerto Rico

La leyenda del Chupacabras, comenzó en 1992, cuando los periódicos de Puerto Rico, El Vocero y El Nuevo Día, comenzaron a divulgar las matanzas de muchos tipos de animales diversos, tales como pájaros, caballos, y cabras. En ese tiempo era conocido como El Vampiro de Moca puesto que algunas de las primeras matanzas ocurrieron en la pequeña ciudad de Moca. Mientras que al principio se sospechó que las matanzas fueron hechas aleatoriamente por algunos miembros de un culto satánico, eventualmente estas matanzas se comenzaron a dar alrededor de la isla, y muchas granjas divulgaron pérdidas de vida animal. Las matanzas tenían un patrón en común: cada uno de los animales encontrados muertos tenían uno o dos agujeros pinchados alrededor de sus cuellos.

Algunos supuestos testigos reportaron avistar una figura pequeña color verde oscuro, alrededor de las áreas de las matanzas, dando a los reporteros y la policía, la sensación de que los chupacabras podían, en hecho, ser una figura extraterrestre; comenzando de esta forma la idea popular de que se trataría de una entidad alienígena.

Poco después de darse a conocer mundialmente las muertes animales en Puerto Rico, otras muertes animales comenzaron a ser reportadas en otros países, tales como República Dominicana, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Perú, Brasil, los Estados Unidos, más notablemente en México. En Puerto Rico y México, El Chupacabras gano estatus de leyenda urbana. Las historias del Chupacabras comenzaron a ser lanzadas varias veces en los noticieros norteamericanos e hispanos a través de los Estados Unidos, y se generaron productos comerciales del Chupacabras, por ejemplo: camisetas y gorras de béisbol.

En donde más auge tuvo este fenómeno y leyenda fue en México, o al menos en el norte del país, fue en el municipio de El Álamo, en el estado de Nuevo León, ya que ahí se reportaron muchos animales muertos, en su mayoría cabras, a supuesta causa del Chupacabras. Incluso en forma sarcastica se le relacionaba con el Ex-Presidente Calos Salinas de Gortari.

 

Presumibles apariciones a nivel mundial

Argentina

  • En la primera mitad de 2002 se encontró ganado vacuno mutilado en varios puntos del país (en la zona comprendida entre las provincias de Río Negro y Santa Fe). Si bien se percibían ablaciones de los aparatos reproductivos de los animales, los medios asociaban los hechos con el fenómeno chupacabras o con ritos de sectas satánicas. Pasó muy poco tiempo para que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) concluya que las mutilaciones fueron llevadas a cabo por zorros y ratones "hocicudos"

Brasil

  • Una aparición en la ciudad de Varginha en el Estado de Minas Gerais, Brasil, se atribuye frecuentemente al chupacabras. Sin embargo, con respecto a este incidente particular, la mayoría de la gente asocia este incidente a una entidad extraterrestre, ya que no se reportó ningún ataque.

Chile

  • En abril de 2000, en la ciudad minera de Calama (norte de Chile), se reportaron una centena de animales de corral desangrados o mutilados de forma muy extraña, situación que se mantuvo hasta casi finales de 2002. Aunque las denuncias han disminuido, el investigador Jaime Ferrer R. que reside en esta ciudad, asegura que al 2006 los ataques aún continúan, pero no con la intensidad de sus inicios. Los parceleros o granjeros afectados prefieren guardar silencio, pues han comprendido que las autoridades es poco o nada lo que pueden hacer. Posteriormente se informó de casos en el Centro y sur del País.
  • En febrero de 2007, comenzó a transformarse nuevamente en noticia en Chile, en el puerto de San Antonio, a 108 kilómetros al suroeste de Santiago. Atacando un corral en el que mató a todas las gallinas, cuyos cuerpos fueron encontrados con un orificio en el espinazo y secos absolutamente de sangre. Posteriormente en una ciudad del sur un campesino asegura haber visto merodear por su patio al misterioso depredador, el cual fue descrito. En tanto, en la ciudad de Curico, a 201 kilómetros al sur de Santiago, también la aparición de un supuesto "Chupacabras" causó consternación en uno de los villorrios de esa ciudad, aunque esta vez no causó ningún daño.

Paraguay

  • Recientemente se ha mencionado la posible presencia de este ser mitológico en el país, ganaderos han reportado que encuentran a sus vacas desangradas o incluso colgando de árboles. La población se encuentra con relativa alarma ante tan extraños fenómenos.
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Leyendas Urbanas de Terror

No sólo los perros lamen

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EL RELATO DE LA DESGRACIADA HISTORIA DE UNA NIÑA DE NUEVE AÑOS Y SU PERRO Y EL ESCALOFRIANTE SUCESO QUE ENVIÓ A ESTA POBRE NIÑA AL MANICOMIO


La citada historia le sucedió a una niña de 9 años, hija única de padres de gran influencia en la política local; esta niña tenía todo lo que hubiese querido y deseado una niña normal con buena educación, pero con una soledad incomparable. Sus padres solían salir a fiestas de caridad y reuniones del ámbito político, y la dejaban sola.

Todo cambió cuando le compraron un cachorro de raza grande (esto para que cuidase a la niña cuando creciera), pasaron los años y la niña y el perro se volvieron inseparables. Una noche como cualquier otra los padres fueron a despedirse de la niña; el perro, ya acostumbrado a dormir con la niña, se postraba abajo de la cama.

Los padres se fueron y pronto la niña se sumió en un sueño profundo, ya aproximadamente como a las 2:30 de la madrugada, un fuerte ruido la despertó, eran como rasguños leves y luego más fuertes. Entonces, temerosa, bajó la mano para que el perro la lamiese (era como un código entre ella y el perro) y lo hizo y entonces ella se tranquilizó y durmió otra vez.

Cuando ella se despertó por la mañana descubrió algo espantoso: En el espejo del tocador había algo escrito con letras rojas. Cuando se acercó, vio que era un rastro de sangre que decía así:

"NO SÓLO LOS PERROS LAMEN".

Entonces dio un grito de terror al ver a su perro crucificado en el suelo de su habitación.

Se dice que cuando los padres la encontraron ella no hablaba de otra cosa más que de "¿quién me lamió?" y decía el nombre de su perro, se volvió loca y hasta la fecha está en un manicomio y sus padres, tratando de olvidar lo que hallaron en el cuarto y a su hija, se fueron al extranjero.

Y la incógnita más grande es: según los que fueron a investigar al cuarto de la niña, el perro ya estaba muerto, es decir crucificado en el suelo, desde hace horas. ¿Quién le lamió la mano a la niña debajo de la cama?

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El charro

Allá por las afueras de la Ciudad de México, con dirección a Toluca, se encuentra uno con los arbolados cerros y bosques ahora muy visitados y cuyo parque nacional más conocido es el de "La Marquesa". Ahí cuentan que en ciertos pueblos aledaños se hablaba de un charro que ocasionalmente cabalgaba esos lugares y el encuentro con este personaje era tan inesperado como enigmático.

 

En alguna ocasión, una señora a la que llamaban para auxiliar a las mujeres cuando iban a dar a luz escuchó que tocaban su puerta insistentemente. Ya era entrada la noche, por lo que abrió la puerta con cierta reserva, pero grande fue su sorpresa al encontrarse con un hombre vestido de charro, que le pidió que le acompañara para ayudar a parir una mujer. La señora tomó su rebozo, se encomendó a la santísima Virgen y después de montar en el caballo que estaba amarrado de la rama de un árbol afuera de su casa, acompañó al jinete a donde éste la llevó, rezando un rosario en el camino.

 

Siendo de noche, la señora no reconoció los rumbos por donde el mencionado personaje cabalgó, y llegó a un jacalito sencillo donde habían varias señoras y la futura madre que con quejas y lamentos se aguantaba los dolores de las contracciones por el futuro parto. Ella, le dijeron, era la esposa del charro. La señora partera, conocedora de esos menesteres, hizo lo que siempre a la futura madre, la bañaba, refrescaba su frente con una tela. Fue pasando la noche, las señoras ayudaban a la mujer metiéndola a la bañera, respirando, luego la futura madre se dormía entre contracción y contracción, hacía ruidos, jadeaba, etc. La señora partera deambulaba por la casa, el charro la acompañaba afuera cuando ella salía y preguntaba cómo iban las cosas.

 

En un momento la partera salió del cuarto a refrescarse un momento, y le explicaba al charro “se me hace que el bebé está por la mitad de la cabeza, le falta poco para salir”.

 

Las otras señoras continuaron buscando posiciones cómodas para la señora del charro, y luego estuvieron platicando de la ropita que ya tenían para el niño y de lo mucho que lo esperaban y enseguida… la futura madre sintió que se le salía!. Fue rápidamente al cuarto del bebé. No podía pujar ya que no controlaba nada, ni podía contenerlo. La partera la agarró de las axilas por atrás, mientras las señoras ayudaron a acuclillarse a la mujer y en un grito que más bien fue alarido… salió el pequeño niño, llorando. Después de eso, con otra contracción, era la placenta. Fue todo muy rápido, después de un proceso de varias horas.

 

Todos se pusieron contentos, incluso el charro, quien orgulloso, reconocía según el sus rasgos en el rostro de la creatura, aunque esta todavía estaba inflamada por el parto.

 

Pasó todo, y el charro devolvió a la señora partera a su casa, sin decir palabra, pero cuando dejó a la señora en su casa nuevamente se despidió de ella, le dió un costalito con monedas de oro y le advirtió a la señora que guardara lo que había pasado esa noche como un secreto, pues "no viviría para contarlo".

 

Indignada y también estremeciéndose de miedo por tal advertencia, la señora se apresuró a meterse en su casa y cerró la puerta, asegurando con un polín su puerta. Esperó a que se fuera el charro, esperaba escuchar las pisadas del caballo, pero no escuchaba nada. Pasaron los minutos y al poco rato se asomó para descubrir que el charro y el caballo no estaban. Cómo había hecho para irse sin quel el caballo hiciera ruido?…

 

La confusión y el recelo por lo que había sucedido le duraron varios días a la señora, pues no sabía si había soñado el suceso o realmente había sucedido. Sin embargo, el costalito con que le había pagado el charro ahí estaba, y no sabía qué hacer con esas monedas de oro, pues qué origen podían tener?

 

Después de varias semanas estaba como ausente, las vecinas la saludaban y la señora las miraba como extrañada, invadida por dudas y miedos. Así, llegó el día en que platicó con una vecina lo que había ocurrido aquella noche y después de persignarse la vecina le aconsejó que llevara las monedas a la iglesia y que no contara a nadie más lo que había pasado. La partera dicen que siguió el consejo, hay quienes la vieron dirigirse a la iglesia.

 

Sin embargo, a la mañana siguiente la señora ya no despertó de su sueño nocturno. Amaneció acostada, con los ojos cerrados, su cuerpo sin vida. Dicen algunos que se escuchó cabalgar al charro, pero no hay quien lo pueda asegurar. Lo cierto es que se cumplió la advertencia del jinete, quien le dijo que no contara sobre ese misterioso alumbramiento. Y del pago que le hiciera, tampoco se supo nada. Tal vez fue que regresó por su dinero, quién sabe?

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Leyendas Urbanas de Terror

El hombre del Maletin

Leyenda Urbana de Terror

 

UNA NIÑA QUE SE DIVERTÍA ATEMORIZANDO A SUS AMIGAS CON BROMAS ES ADVERTIDA DE UNA EXTRAÑA VISITA QUE VA A RECIBIR

 

Cuando Lorena tenía 13 años solía reunirse con sus amigas del colegio y les contaba historias de terror. Le encantaban la historias de miedo y estaba bien informada, de modo que se reunían en un banco de un parque cercano al colegio y todas escuchaban atentas los relatos de Lorena.

Conforme oscurecía las chicas se marchaban avisando a Lorena de que si luego no podían dormir "se iba a enterar de lo que era bueno". Pero siempre era en tono de broma.

Una tarde le relató esas historias a una amiga de clase. Estaban en la habitación de Lucía, cuya casa estaba a unos siete kilómetros de la casa de Lorena (luego se tendría que ir andando y sola).

Cuando Lucía tenía suficiente miedo le dijo: "ahora te voy a contar yo lo que te va a pasar y verás quién pasa miedo". Y le dijo: "cuando vayas a casa un señor con un maletín, vestido de negro y con bigote te seguirá para matarte."

El trayecto hacia casa lo hizo con una psicosis total: toda la gente parecía querer traspasarle con la mirada, pero ella sabía que era pura sugestión, de modo que el miedo que pasó fue relativo. Lo que realmente podía asustarle era el hombre del maletín, vestido de negro y con bigote, y de esos no hubo ninguno en todo el camino.

Llegó a casa y comprobó horrorizada que no funcionaba el ascensor. Aunque aún le faltaba un año para tener permiso de uso del ascensor lo cierto es que vivía en un octavo piso y siempre que podía, cogía el ascensor.

Tuvo que subir los ocho pisos a pie, y su desconsuelo fue mayor cuando su madre le dijo que bajara la basura:
– ¡Pero si no va el ascensor!. -Se quejó inútilmente.

Y entonces cogió la bolsa de basura y comenzó a bajar despreocupada… pero a mitad de camino las piernas se le aflojaron y casi perdió el equilibrio. Frente a la puerta de una casa, mirándole ahora a ELLA, había un señor trajeado de negro, con bigote y un maletín.

Con los nervios a flor de piel, casi a punto de gritar y las piernas temblando, corrió escaleras abajo a punto de perder la bolsa de basura. Y llegó abajo con el corazón desbocado y falta de aire. Salió rápidamente del edificio y tiró la basura, y no subió inmediatamente a casa… sino que se dirigió a la tienda que tenía su padre en la misma finca y esperó a que él terminara el trabajo para subir acompañada.

¡Qué aterradoras pueden ser las casualidades! ¿O fue una visión de Lucía? ¡Quién sabe..!