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Mitos Mexicanos

La Capa del Mendigo

Epoca Colonial
El suceso que nos ocupa acaeció en la villa de Santa María del Pueblito, por los años de 1850 a 1852, época en que estaba de cura propio de aquella parroquia el Pbro. D. Luis Luna y Pérez, en cuyo empleo permaneció muchos años hasta su muerte.

Entre los muchos pordioseros que llegaban al curato a implorar socorro, había un viejecito que periódicamente venía a recibir su óbolo, pernoctando en la cuadra sobre blando colchón de paja.

Este jamás quiso decir su origen, ni aún revelar el nombre de su patria; más esto no impedía que el buen cura (como generalidad de los de su clase), le socorriera con largueza.

Todo su haber se reducía a un tosco bordón, un sombrero de petate formado de tres distintos tejidos, un morral colgado al hombro y una colcha formada de mil y tantos parches y remiendos de distintos paños y colores; y por ende muy pesada.

Tantas veces había pernoctado ya en aquella casa de vuelta de sus correrías por las aldeas en busca de sustento, que ya era bastante conocido de aquella gente.
Después de algunos años de estos viajes y vueltas, llegó una noche al curato, y después de internarse a su aposento, pidió al mozo un poco de agua porque se moría de sed.

El mozo, al ser preguntado por el Sr. Cura sobre si habían llevado su cena al viejecito, dijo que no había tomado alimento, sólo un poco de agua, lo cual llamó la atención de Sr. Cura, quien fue a verlo, encontrándolo abrazado en calentura.
En vista de esto, dispuso se medicinara y preparara para confesarse, lo cuál hizo el mendigo sin dilación.

Después de los auxilios necesarios, el viejecito aquel murió, corriendo todos los gastos por cuenta del Sr. Cura.
Al levantarlo de su lecho un hermano del citado Sr. Cura y un mozo, notaron que la colcha de los mil y tantos remiendos pesaba más, sabiendo el origen del mendigo ni su patria, se le hicieran sus funerales en la misa parroquial del Pueblito, repartiendo los sobrantes a varios sacerdotes para que se aplicasen misas; lo cual fue verificado exactamente.

Esta suceso me lo refirió el hermano ya citado del Sr. Cura quien todavía vive, aunque ya tocando el ocaso de la vida.
Un mentís más a la decantada codicia de los curas, con que liberalismo se empeña en desprestigiarlos; siendo el pan cotidiano de la presa impía.

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Celaya

Leyenda de Celaya

La ciudad de Celaya fue punto de grandes acontecimientos historicos como el hecho de que el dia 21 de septiembre de el año de 1810 Miguel Hidalgo paso por aqui siendo la primera plaza tomada,en Celaya hay una casa que se construyo en le siglo XVI por uno de los soldados que llego con Hernan Cortes esa casa con el paso de le tiempo fue casa recolectora de el diezmo eclesiastico,asoleadero,hotel banco rural y actualmente es escuela de artes y galeria,en tiempos de la colonia los sacerdotes franciscanos ahi recolectaban sus diezmos,cuentan que un dia entraron a robar el salon de diezmos que actualmente es la oficina de turismo del estado de Guanajuato y el sacerdote encargado al notar la ausencia de dos talegas de oro se lo comento al velador conminandolo en el nombre de Dios a que se quedara en vela por que donde el ladron ve que hay que robar tarde o temprano el regresara

El velador se mantuvo despierto hasta casi la media noche,de aquel dia de luna llena en el cual la luz pareceia quedar atrapada en le patio,casi vencido por el sueño salio al porton que da hacia la calle de Benito juarez antes de la Compañia de Jesùs,para que el aire fresco de la noche le despertara.

-LAS DOCE DE LA NOCHE Y TODO SERENO AVE MARIA PURISIMA-.

Ese era el grito del sereno que daba su recorrido por las calles de Aguayo y Cia. de Jesùs(actuales Qroo y Benito Juarez),-SON LAS DOCE-,penso para si el velador que se santiguaba como se acostumbraba en aquel entoces,al cerrar el porton y colocarle la tranca de lo que es la delegacion de turismo vio salir a una mujer vestida de negro.

-CONDENADA VIEJA TU ERES LA QUE ME ROBA DE SEGURO PERO YA TE LAS VERAS CON LOS DE LA RONDA-

El hombre corrio por uno de los pasillos laterales con el fin de cortarle paso ya que la mujer se dirigia hacia el segundo patio,ese pequeño patiecillo que tambien esta habitado por fantasmas,basto un parapadeo para que la mujer desapareciera entre la sombra que proyectaba la luna,que habia pasado el hombre no lo comprendia y al dirigir su mirada al pasillo la volvio a ver .

-DETENTE EN EL NOMBRE DE DIOS-el hombre bajo lentamente su mirada y al verle los pies noto que ella no tocaba el piso.

-SANTA Y PURA VIRGEN ESTO ES UN FANTASMA-

Como pudo quito la tranca del porton y salio corriendo por la calle de la compañia de Jesùs gritando
-¡EN LA CASA DE EL DIEZMO HAY UN FANTASMA!¡HAY UN FANTASMA EN LA CASA DE LOS DIEZMOS YO LO VI,YO LO VI!-

Aquella aparicion se hecho al olvido y paso a formar parte del folklore de Celaya y nadie se atrevia a pasar en noches de luna llena cerca de la casa del Diezmo.corria los años 70´s cuando un hecho extremadamente sorprendente ocurrio en celaya y desperto le interes de la gente por la leyenda ya que un pequeño grupo de estudiantes de teatro proximos a estrenar una obra se encontraban ahi,ya que la lo que ahora es la casa de la cultura estaba siendo reparada y acondicionada ya que antes habia sido carcel municipal.

Los jovenes estaban solos y aburridos de pronto uno de ellos propuso jugar a algo,los demas aceptaron y dicen que saco una tabla de las conocidas como ouija y se comenzo a mover,de pronto llego el maestro el cual se molesto por verlos jugar y no estudiar sus parlamentos.

-VEAMOS YO NO LES VOY A DECIR LO QUE DEBEN DE HACER O DECIR,NI A QUE HORA ENTRAR O SALIR VAYA CON USTEDES JUGANDO EN VEZ DE REPASAR LOS PARLAMENTOS-

Los muchachos avergonzados guardaron sus juguetes y se pusieron a practicar el maestro al notar que estaban repasando y equivocandose les dijo que pararan la escenificacion.

-MIREN VAMOS A COMENZAR SIN ENOJOS, SI,Y RELAJADOS-

El profesor les dio instrucciones de tenderse en el piso y les puso una musica suave y relajante.
-UNO,CIERREN LOS OJOS;DOS, RESPIREN POR LA NARIZ;TRES,SUELTEN EL AIRE LENTAMENTE;UNO…-

El profesor iba a comenzar de nuevo el ejercicio cuando uno de sus alumnos se levanto de repente como impulsado por algun resorte invisible volteo a ver a sus compañeros los cuales creyeron que estaba jugando;los miro uno por uno y cada uno de ellos sintio un frio que les helaba los huesos mientras el aula se llenaba de una extraña neblina.

Por un momento sus compañeros creyeron que le jugaba pero al hablar su voz sonaba extraña y por muy buen actor que fuese su voz era de mujer,se dirigio hacia la pared del lado izquierdo y comenzo a rañar mientras decia algunas raras palabras,una de las chicas entro en estdo de histeria y grito.

-DETENGALO,DETENGANLO, POR FAVOR YA NO SOPORTO MAS-el joven arañaba tanto que se habia provocado heridas en los dedos,la chica tomo uno de los martillos de la utileria y comenzo a golpear la pared en la zona en que le joven arañaba de pronto el se alego un poko y comenzo a darle un ataque parecido a los epileptico.

-LOS HOMBRES AYUDENME,LAS MUJERES DESPEJEN EL AREA-grito el maestro que se habia quedado mudo de la impresion,el muchacho quedo inconciente y lo sacaron al patio central.la casa del Diezmo estaba llena de gente curiosa que preguntaba y cuchicheaba sobre un rumor que se habia soltado por todo Celaya solo Dios sabe como

-ES CIERTO,ES CIERTO QUE VIERON A LA MUJER DE NEGRO,LA DE LAS CADENAS,LA FANTASMA DE LA CASA DEL DIEZMO-
El profesor Herminio Martinez que sabe algo de estas cosas invito gente especializada y Celaya se convirtio en la meca provisional de parasicologos,lingüistas y curiosos,los especialistas quisieron repetir la experiencia pero al intetar que el joven entrara al aula le dio un ataque parecido al interior,y no quedo mas que hipnotizarlo y por medio de la regresion hacerlo repetir la experiencia vivida de pronto el comnezo a gritar y ha decir cosas en ese idioma cuando llevaron la grabacion a los lingüistas ellos determinaron que era vascuense del siglo XVII y decia esto.

-AYUDENME,SAQUENME DE AQUI POR FAVOR SAQUENME JUNTO A MI HAY DOS COFRES EL QUE CONTIENE PLATA DESENLO AL QUE ME SAQUE EL DE ORO LLEVENLO A SAN FRANCISCO PARA QUE SE DIGAN MISAS POR MI Y POR LOS QUE ME DEJARON AQUI AYUDENME SAQUENME POR FAVOR AYUDENME-

Extrañamente a los alumnos y maestros les dieron vacaciones y cuando regresaron el aula tenia parches en toda la pared y el piso,dicen que no encontraron nada de dinero pues dicen los que saben de estas cosas que quienes van tras el dinero este se transforma en polvo cenizas o en heces fecales. uno de los veladores aseguro que sacaron una osamenta que tenia restos de habito de monja,grilletes en las manos y en los pies y dos bolsas,que la enterraron en el panteon norte de la ciudad en una tumba sin nombre pues nadie lo sabia y esa tumba existe y como epitafio tiene unicamente un año el año de 1978.

Espero sinceramente que la hayan disfrutado tanto como yo y si quieren vivir la experiencia vayan a la casa del diezmo en una noche de luna llena,mientras tanto visitenla de dia para que vean su bella arquitectura de dia no hay peligro ,el peligro es a la hora cero la hora en que los fantasmas suelen caminar en el mundo de los vivos.

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Mitos Mexicanos

Ataque a un Apostolado

(Mito Mexicano de la Epoca Colonial)

Fueron tantos los episodios ocurridos en el memorable sitio de 1867, que ellos solos bastarían a formar una tercera serie de leyendas; pero como en la variedad está el gusto, nos hemos propuesto a ir mezclando entre leyendas históricas, revestidas del carácter serio de la historia, algunas que a la vez perpetúen hechos que sucedieron, tenga su parte más o menos anecdótica.

En el número de éstas se cuenta la que nos ocupa y que, sin embargo de pertenecer a dicho género, relata un hecho rigurosamente histórico.
Sabido es que el mismo día que se abrió el Sitio y que no fue otro que el día 14 de marzo, a las diez de la mañana, pidieron los imperialistas sus posesiones de La Otra Banda, apoderándose los republicanos de Antillón de la Iglesia de San Sebastián, de huerta y demás pertenencias, replegando a los sitiados hasta la ribera del río, sirviendo éste de línea divisoria entre ambos contendientes.

Existía de tiempo inmemorial en esa antigua parroquia, como en todas las de su clase, un apostolado de mezquite y tamaño natural que anualmente, el Jueves Santo, servía para representar la última cena de Nuestro Señor Jesucristo, o sea la institución del Santísimo Sacramento.

En mala hora, las tropas liberales se propusieron hacer una mala pasada a los imperialistas, y en la misma noche de la toma colocaron convenientemente en un parapeto (formado por la barda de una casa cercana a la ribera, la cual aún existe), a los Apóstoles, asomando medio cuerpo, en forma de tiradores y con su chacó republicano.

A la madrugada, los republicanos hicieron una descarga a los imperialistas que custodiaban la ribera opuesta del río desde las casas y huertas, haciendo la descarga y ocultándose en seguida, cubriendo la vanguardia San Pedro y sus compañeros.

Al ser provocados, los imperialistas comenzaron a cazar a sus contrarios, que como de mezquite, necesario fue a hacerles varias descargas para degollarlos quedando, sin embargo, algunos en pie.

La traición no refiere si el traidor de aquel grupo fue de los muertos o de los supervivientes; pues sólo reza que al esclarecer el día, notaron los imperialistas que los que aun seguían de pie no se movían y tenían luenga barba, lo cual dejó en claro la mala pasada de los enemigos, poniendo de punta a los bravos defensores, tanto por aquella profanación, como por la pérdida del panque.

Desde entonces, es conocida esa casa entre los vecinos del contorno con el nombre de Casa del Apostolado.

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Mitos Mexicanos

El Milagroso Señor de Villaseca

(Epoca Colonial)

Don Alonso de Villaseca fue un noble de raras virtudes que de España vino a estas tierras allá por  mediados del siglo XVI.
Caballero a carta cabal que gozó de la estimación general por su desprendimiento y libertad, otorgando
beneficios a mucha gente necesitada.

A lo dicho hay que agregar que Don Alonso tenía sentimientos religiosos muy bien fincados, que tradujo
también en nobles acciones: de España mandó traer tres Cristos, con su propio preculio, uno que donó al
pueblo de Ixmiquilpan porque allí había hecho su fortuna, otro a las famosas minas de Zacatecas y un tercero al Mineral de Cata, a orillas de esta población.

Este Cristo es al que nos vamos a referir, contando aquí dos de los múltiples milagros que se le atribuyen.

Dícese que cuando aún no había ni la más remota idea de reglamentar el trabajo de nuestros braceros en el vecino país del Norte, un grupo de campesinos de estos alrededores, necesitados en ganarse la vida en mejores condiciones, creyeron ingenuamente en la promesa que les hiciera un vívales y, dejando su casa y familia, corrieron la aventura de la que después tuvieron que arrepentirse muchas veces.

Hallándose en una hacienda algodonera cercana a la frontera, se les designó un galerón para que pasarán la noche, advirtiéndoles que para mayor seguridad iban a cerrar la puerta.
También se les ofreció que una persona les llevaría la cena un poco más tarde, pero como ese momento no llegó nuestros pobladores rancheros se disponían a dormir sin más alimento en su estómago que unos sorbos de agua, cuando uno de ellos que andaba cerca del fondo escuchó un ruido raro que llamó su atención, algo así como una gotera; más como no era tiempo de lluvias, no era posible pensar eso.

Con mucha precaución abrieron la puerta, encontrándose en un patio semioscuro. En la habitación de la
derecha, también mal alumbrada, se hallaban colgando del techo varios cuerpos que parecían humanos.

−No parecen− dijo otro de ellos −son hombres semidesnudos y sin cabeza−afirmó profundamente
sorprendido.
Hay que imaginar cual fue su asombro al comprobar que en efecto los que colgaban del techo eran cuerpos humanos decapitados, puestos en esa actitud para que la sangre chorreara sobre sendos recipientes.
Lo primero que pensaron los aspirantes a trabajadores fue que para hacer de ellos otro tanto se les había llevado allí.

Verdadero pánico se apoderó de su ánimo y, en el paroxismo de su angustia, se encomendaron al Señor de Villaseca, rogándole que les permitiera salir de allí con bien.
Lo consiguieron, no sin antes pasar por varios peligros, regresando en peores condiciones a su tierra, pero con su vida.
El retablo en que patentizaron este milagro se encuentra en el muro izquierdo del templo de Cate, dedicado al Milagroso Señor de Villaseca.

Después supieron que la sangre de aquellos quien sabe cuantos desdichados más, era empleada para hacer colorantes que en el mercado se vendían muy caros.
El segundo caso se refiere a María, una guapa galereña que reunía en su persona todos los atributos para ser lo que se dice una hermosa muchacha.

Muy joven la casaron sus padres con un viejo minero adinerado, por quien María profesaba la más profunda repugnancia. Sin embargo, obediente y de buenos principios, permaneció sumisa al lado de aquel hombre, no obstante que la seguía cortejando Juan Manuel, apuesto galán que no podía resignarse a perder su amor y por medio de una viejecita del barrio del Terremoto, constantemente hacía saber su honda pasión a la dueña de sus desvelos.

Por su parte, María no solo sentía admiración y afecto por su admirador, sino que sostenía la más intensa
lucha por liberarse de aquella tentación.
Muchas veces, arrodillada ante el Cristo milagroso, le rogaba que le diera fuerzas para seguir siendo fiel a su esposo.

−Tú sabes, Padre mío, que yo jamás he querido a Don Martín− éste era el nombre del celoso y feroz marido
−y que me casaron sin mi voluntad.

Un día que Don Martín, por razón de sus negocios tuvo que ausentarse por dos días, María no pudo resistir el deseo de llevar a Juan Manuel un buen almuerzo, pues tenía el turno de madrugada.

Feliz y risueña como nunca, iba la muchacha por el camino de Cata, cuando de repente se apareció su marido.
En el acto reconoció la canasta, y cegado por los celos increpó con violencia a María, imaginando que el
almuerzo era para su adversario.

Con la hija de su puñal levantó la servilleta que cubría la canasta, al tiempo que decía:

−¿Qué llevas ahí?

La infeliz muchacha turbada por la pena y el dolor, se encomendó al Cristo de su devoción y,  aparentemente sin inmutarse, con voz firme contestó:

−Llevo flores al Señor de Villaseca.

Efectivamente al levantar la servilleta, aparecieron a la vista de Don Martín las más frescas y hermosas rosas que él hubiera imaginado.

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Leyendas Mexicanas Prehispanicas

Kapsis (Estrella del Mar)

(Epoca prehispanica)
Kapsis, la hija mimada del jefe Haas (mezquite), acostumbraba todos los días, después de terminar sus labores cotidianos, acurrucarse junto a alguna roca cerca del mar y mirar y mirar el vaivén de las olas. Por horas y horas la sorprendía la tribu, inmóvil, silenciosa: Aun cuando las sombras manchaban de negro el agua y la playa.
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Leyendas Mexicanas Prehispanicas

El Caballero Aguila y el Caballero Tigre

La luna llena placidamente las inmensas y obscuras rocas del monte… Los bosques a lo lejos se esfuman con largas sombras. Canta el cenzontle; negras aves aleteando lentamente pasan ocultando a veces con fugitiva marcha el rostro redondo y blanco del astro nocturno.

Y allá en el fondo del valle silencioso y pálido, brillan los grandes lagos en cuya superficie de plata bruñida irase la sombría silueta de la Gran Tenochtitlan.
De pronto unese al murmullo de la noche, vago y enorme, un canto tristísimo, doloroso, que vibraba en las soledades como un gemido de muerte. Súbitamente se apagó.

Por entre los matorrales una sombra gigantesca que avanzaba monstruosa al ras del suelo, se detuvo en el instante en que la voz doliente que cantaba se extinguía.

¿De quién era aquél acento melancólico? ¿De quién era la sombra gigantesca?
−¡Oh! Virgen de blanco huipilli, ¿por qué tan sola?…
Tu eres maravillosamente bella ¿cómo es posible que vagues en estos desiertos montes sola, sin temor a las fieras ni a los vagabundos espías enemigos de nuestro Gran Tecutli, el poderoso mexica?

Tu traje albo, tu belleza gentil y tu adorable juventud, me demuestran claramente que perteneces a las jóvenes doncellas de noble estirpe, que se educan para bien de la patria, en el sagrado Czlmecac, donde los sacerdotes del sol preparan el porvenir de la valiente raza Tenochca. Di encantadora doncella, ¿qué dios maligno te arrebato del sacro donde en este momento tus compañeras nubiles, hunden sus gallardas formas en el Czapan, la primorosa alberca de cristalinas aguas?…

Alto mancebo de noble porte, llevando el Cahuipilli gris sin mangas y cuyos brazos teñidos de negro de obsidiana, eran fuertes y hermosos, era el que hacía proyectar sobre malezas del monte la sombra larga y fantástica, y era el también que con ceremoniosas palabras y frases delicadamente escogidas, habiase dirigido
a una mujer airosa y joven, vestida de primoroso huipilli blanco.

−¡Desdichado mancebo!, tres veces sea maldita la hora en que recibió el baño del bautismo: el sacerdote oráculo me aseguró que el hombre que encontraría en noche azul y blanca como esta, tendría que ser mi esposo… y no sabes quien soy, infeliz yaoquisque, de humilde raza! Pobre guerrero sin nobles padres, no
gloriosas hazañas, que aún te enseñan el arte de los combates en el Teocalli, el colegio de los jóvenes plebeyos!… Yo soy la hija mayor de Moctezuma, pero tan infausta fue la suerte que para mi predijo el Augur−sacerdote en las solemnidades de mi nacimiento, que soy la única doncella de sacro Calmecac que vaga sola por los bosque en las noches de luna para encontrar el esposo que me puede dar la felicidad…

Pero, ¡hay de mi y de ti!, no siendo tu educado con los principales mancebos de la casa sacerdotal, ni hijo de Teeuhtli, ni de señor noble laguno, tenemos que sucumbir en el sacrificio de la fiesta del sol, dentro de cuatro
lunas… aterrado escuchó el joven yaoquisque −guerrero humilde aún− las palabras de la misericordiosa doncella vagabunda, sujeta por el augur de su destino a abandonar el sagrado recinto del Calmecac insigne, para vagar por los montes, las noches en que pura y radiante y en su plena gloria de esplendor, la luna iluminase los campos, leguas y leguas fuera de Tenochtitlan.

Comprende el mancebo que su humilde origen no le permitía desposar libremente a la hija del Teculli con su regio Cacli de oro, el único que bebía el Octli blanco de los festines, en jícaras incrustadas de ópalos y perlas. Y, sin embargo, ¡oh terrible voluntad de los dioses!. Tenia que cumplirse su destino, desposándose con ella,
aunque no pudiera nadie asistir al banquete familiar, ni dar con su propia mano en la boca de su esposo, el primer bocado que marcaban los divinos rituales de su región!

Por el contrario, abominada ella por el pueblo, por las doncellas del Calmecac, en que se había educado con tanto esmero; el befado, lapidado por sus compañeros los mancebos que se adiestraban para la guerra de los dioses y la patria, en el fuerte de Tepuchcalli, iría al templo de Quetzalcóatl una sola doncella…¡que afrenta!

Muchos instantes permanecieron absortos los infelices jóvenes, bajo el peso del cruel augurio de su destino, anonadados, sin intentar revelarse, mirando en sus imaginaciones torturadas por el dolor, el día fatal de su muerte sin gloria, ni provecho para la patria… ¡Desventurados!
Al fin el joven yaoquisque levantó su cabeza, tan solo adornada por una pluma de águila, y sacudiendo los brazos pintados de negro exclamó:

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Leyendas Mexicanas Varias

¿Por qué los Conejos Tienen las Orejas Tan Largas?

Voy a contarles alo que sucedió hace ya mucho, mucho tiempo, cuando las orejas de los conejos no eran tan largas como las que ahora tienen.

Una tarde, un conejo comía granos en un campo de trigo. Iba distraído, sin ocuparse de otra cosa que no fuera masticar y masticar lo más rápidamente posible, cuando oyó que dos ratas platicaban en voz baja.

Una decía:
−¡Qué buena suerte tengo! He encontrado una cueva llena de trigo, de un trigo grande, dorado, como si lo hubieran escogido para que yo lo encontrara.

−Pues sí que es buena suerte, porque los conejos escogen lo mejor del trigo para comérselo y para llevarlo a sus bodegas.− comentaba la otra rata.

El conejo oyó parte de la conversación, y especialmente lo que decían de los conejos, y como era muy curioso y quería enterarse de todo, fue acercándose al lugar donde estaban las ratas y se escondió detrás de una cerca.

−Lo que no quiero es que los conejos sepan que he encontrado esa cueva tan bien abastecida, porque en un momento cargan con el trigo y me dejan sin qué comer en el invierno.

−No es por curiosidad, comadrita, pero ¿dónde está la cueva? No tenga desconfianza; si se lo pregunto es sólo para ayudarle a cuidar el tesoro.

La otra rata empezaba ya a decirle a la comadre dónde estaba la cueva, cuando el conejo, para oír mejor, estiró la cabeza por encima de la cerca y las orejas empezaron a crecerle tan rápidamente, que por más que se las detenía, iban crece y crece para arriba; le crecieron tanto que las ratas, cuando se dieron cuenta de aquellas orejas tan grandes, se echaron a correr, asustadísimas, dejando la platica para otra ocasión.

Y desde entonces los conejos tienen las orejas tan largas, tan largas como las de aquel conejo curioso.

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Leyendas Mexicanas Prehispanicas

El Edificio de los Danzantes

(leyenda mexicana prehispanica)
Varios guerreros ya han sido sacrificados y su sangre se ha convertido en volutas floridas a lo largo deI abdomen; en sus rostros, junto a los cuales están sus nombres respectivos, se refleja Ia angustia deI sacrificio.

Quinientos años antes de Ia era cristiana esto era común entre los pueblos, especialmente en un pueblo guerrero como Monte Albán, pues había que mostrar a los que Ilegaban su fuerza y su sabiduría. Los ancianos explicaban a los jóvenes que el gran muro era una composición de figuras humanas colocadas en sentido vertical y horizontal, dispuestas así con Ia intención de que el muro pudiera leerse a medida que uno caminaba frente a él. Los personajes que se encontraban en sentido vertical eran los principales y por ello se representaban con todo y sus nombres y lugares de origen.

Los otros, los que iban en sentido horizontal, eran los acompañantes de los señores principales. Era importante que los cautivos Ilevasen consigo algunos acompañantes, no sólo para su viaje eterno, sino para mostrarse resguardado ante los ojos extraños, es decir que los sacrificios secundarios se hacían exclusivamente para mostrar que los guerreros no estaban solos.

No sólo por el hecho de ser guerreros estos personajes fueron especialmente representados, eran también seres humanos con ciertas características; algunos eran enanos, otros jorobados o con otros defectos físicos; eran guerreros muy especiales porque provenían de linajes ya en extinción y eso les daba doble valor en Ia guerra. Su apariencia física les recordaba a ciertos hombres de una raza antigua, de bocas y narices anchas, ojos oblicuos y cuerpos muy robustos, que habían sido sus ancestros y que aparecían en todas Ias leyendas de los pueblos deI Valle de Oaxaca.

Mientras en la ciudad se vivía de manera ordenada y en paz, era muy importante recordar a aquellos que habían muerto en sacrificio, por eso los ancianos tenían que hacer entender a los jóvenes el valor de ser guerrero y zapoteco. Así, llegado el momento, los nuevos guerreros sabrían manejar los valores, como no tenerle miedo a ser cautivo, y menos a ser sacrificado para los dioses y en beneficio de la supremacía de Monte Albán sobre otros pueblos y otras regiones. Durante los siguientes siglos el edificio se cubrió con otras construcciones, pero Ios más de 300 cautivos 6 fueron muy bien protegidos para ser enterrados entre Ios muros, pues había que cuidar que no se dañaran o se perdieran.

AI contrario, algunos fueron separados deI muro para ser colocados en edificios más visibles, trascendiendo así eI tiempo en que fueron concebidos, para conservar su carácter sagrado en Ia posteridad. Estos verdaderos monumentos, como explicaban Ios ancianos, fueron Ios primeros que plasmaron eI gran poder zapoteco en el Valle de Oaxaca, que sigue siendo en los nuevos siglos una raza invencible.

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Mitos Mexicanos

Sol y Luna, opuesto y complementario

(Mito mexicano – Epoca prehispanica)
El Sol era el cuerpo celeste por excelencia y en Mesoamérica se le identifica con el tiempo mismo. A través de manuscritos, como el Códice Matritense del Real Palacio, podemos abrir una ventana hacia mitos cosmogónicos fundamentales para el pueblo mexica.

En ellos vemos fielmente reflejada la creencia de que el Sol, como ser vivo, puede nacer y morir.
Hubo cuatro soles antes del actual. Cada uno marcó eras distintas, entre las cuales se detuvo el tiempo y se hizo la profunda oscuridad. Para que naciera el Quinto Sol, los mismos dioses debieron sacrificarse, morir, purificarse en el fuego, elemento producido por el más viejo de todos lo dioses.

A pesar de que ya había nacido el Sol y poco después la Luna, cuerpos celestes fundamentales para elaborar el calendario, aún no estaban dotados de movimiento.
La esencia del tiempo era, aparte de la luz, el movimiento. Ambos astros permanecían estáticos hacia el oriente. Para echar a andar la precisa maquinaria del tiempo debía intervenir el dios del viento, que no sólo impulsó al Sol y la Luna para que avanzaran en sus caminos celestiales, sino que los colocó en los sitios del espacio que les correspondía para desempeñar su tarea.

La conceptualización del tiempo se une de esta manera a la del espacio para conformar uno de los principales elementos que caracterizan a las culturas autóctonas de Mesoamérica. Algunos códices prehispánicos sobrevivieron para mostrarnos sencillos esquemas que representan esta compleja relación. Tal es el caso de la página 1 del Códice Féjérvary Meyer, en el que en los rumbos cardinales están no sólo los dioses, sino los signos calendáricos, las aves y los árboles cósmicos. Leyendo de derecha a izquierda, podemos ir de un día a
otro hasta completar un tonalpohualli o calendario sagrado, dando a cada día su connotación positiva, negativa o indiferente.

Estos libros, leídos sólo por los especialistas denominados tonalpohuques, eran considerados sagrados y secretos, hablaban de un mundo lejano al hombre común, del ámbito de los seres que dominan el tiempo cíclico que rige el destino de todo cuanto vive, donde todo regresa cuando se repite el símbolo y el numeral del día y el año. Su cargador (bacab en maya e i mamal en náhuatl) los lleva sobre su espalda, cual pesado fardo, hasta el final del día, cuando dejaba su mecapal (bulto) para que un nuevo mecapalero iniciara su camino.

Ellos representan a los astros en la ruta que parte del oriente hacia el poniente, como el Sol, que asumía un aspecto masculino y dominaba la época seca del año, como la Luna, de aspecto femenino, que dominaba la época húmeda del año. Opuestos y complementarios, ambos son indispensables para el florecimiento de la tierra.

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Mitos Cortos

La Rueda de los Katunes

(Mito de la epoca prehispanica)
El once Ahau se asienta el Katún en Ichcaansihó. Bajan hojas del cielo, bajan perfumes del cielo. Suenan las músicas, suenan las sonajas de los nueve píes. En un día en que habrá faisanes azules, en un día en que habrá peces a la vista, en el día de Chakan−Putúm, se comerán los árboles, se comerán piedras; se habrá perdido el ausento dentro del Once Ahau Katún.

Con siete templo de abundancia se asienta el Katún, el cuarto Ahau Katún, en chichén. Siete tiempos de abundancia son el asiento del Gran Derramador de agua. Tapado está su rostro y serrados sus ojos bajo sus lluvias, sobre su maíz abundante derramado. Llenos de hartura están su estera y su trono. Y se derrama su carga. Habrá un día en que este blanco su ropaje y blanca su cintura, y sea aplastado por el chorro del pan de Katún.

Llegarán plumajes, llegarán pájaros verdes, llegarán fardos, llegarán faisanes, llegarán tapires; se cubrirán de tributo Chichén.
No Zaquí, sino Mayapán es el asiento del Katún, del Dos Ahau Katún. Cuando se haya asentado el Katún, bajarán cuerdas, bajará las ponzoñosa de la peste. Tres cerros de calaveras harán una rueda blanca a su cuerpo cuando venga con su carga atada. Ahogándose cogerá en su lecho un soplo de viento. Tres veces dejará caer su pan. Mediana hambre, medio pan. Esta es la carga de Dos Ahau Katún.

Kinchil Coba es el asiento del Katún, del Trece Ahau Katún. El dios mayor Itzam, dará su rostro a su reinado.

Se le sentirá tres veces en tres años, y cuando se cierre la décima generación. Semejantes a las de palmera serán sus hojas. Semejante al de la palmera será su olor. Su cielo estará cargado de rayos. Sin lluvias chorreará el pan Katún, del Trece Ahau Katún. Multitud de lunares son la carga del Katún. Se perderán los hombres y se perderán los dioses. Cinco días será mordido el Sol, y será visto. Esta es la carga de Trece Ahau Katún.