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Leyendas Urbanas de Terror

El Árbol

Cuando era pequeño solíamos ir a la casa de mis abuelos cada fin de semana, prácticamente ya era de ley reunirnos con mis primos y mi demás familia.

Mis primos y yo siempre nos gustaba jugar debajo de un árbol que nos decía mi abuela que había estado allá desde hace más de 40 años, ya que su padre lo había sembrado.
Siempre una tía nos contaba que no deberíamos jugar debajo de ese árbol ya que se decía que había aire (Algo maligno), en fin siempre la ignorábamos e íbamos a jugar canicas o trompos bajo ese árbol ya que nos daba mucha sombra.
Un fin de semana que fuimos me la pase jugando bajo ese árbol casi todo el día con mis primos, nos regresamos a nuestro hogar y era todo normal.
Al siguiente día no me sentía bien, tenía mucho vomito y un tremendo dolor de cabeza, era yo pequeño aun y sentía que me estaba muriendo, estaba súper deshidratado y por más que llevaron con 2 doctores no veía mejoras.
Mi madre le llamo a mi abuela y le comento que me tenía que llevar con un curandera, ya que presentía que yo había cargado el aire maligno, por mi parte estaba muy mal de salud, estaba viendo esta borroso.
En fin, mi madre decidió llevarme con una curandera que se presumía que era la mejor de la ciudad, cuando llegamos en verdad estaba muy asustado ya que no sabía lo que me podría hacer.
Esperábamos turno ya que había 2 personas que anteriormente llegaron antes de nosotros, lo que me asusto demasiado era un letrero que decía “No insulte ni agreda a los espíritus”, me quede asombrado que hasta creo que el dolor de cabeza se me quito.
Por fin llego nuestro turno y entramos a un cuarto demasiado extraño, la señor saco unas cartas de las cuales las acomodo de forma horizontal, empezó a decir palabras extrañas y me empezó a describir todo lo que había hecho el día anteriormente en la casa de mis abuelos.
En realidad estaba asombrado, menciono que estaba jugando debajo de un árbol y que el aire maligno lo tome a las 12 de la mañana, hora que no se debe estar debajo de ese árbol, termino de leer las cartas y saco unas ramas en donde las remojo con un líquido verde y me empezó a pegar todo el cuerpo.
Cuando salimos del cuarto se sentía muy extraño, nos quitamos inmediatamente y antes de llegar a mi casa estaba completamente normal, no me sentía mal y en verdad que me sentía como nuevo, desde eso siempre he creído en todo lo relacionado con los espíritus y fantasmas, ya que he tenido una experiencia demasiada extraña que me convenció completamente de creer entre el bien y el mal.
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La maldición de la Loba

Había una vez una mujer muy vanidosa y mala que  se caso con un buen hombre y tuvieron 2 hijos.

La mujer perezosa no cumplía con sus labores domésticos y maltrataba a sus hijos. Un día el marido cansado de la situación le dijo que ya estaba harto de llegar cansado con hambre y solo encontraba mugre; pero la mujer con sus encantos lo convencía.

Un día mientras la mujer cocinaba uno de sus pequeños corría jugueteando y sin querer tiro unos platos, ella lo agarró con rabia y se le vino la perversa idea de matarlo, lo cocinó y lo guisó en sopa,cuando llegó su marido quiso consentirlo y lo invito a cenar. El marido empezó a comer la sopa pero al comer encontró un dedo del niño y el hombre salto asustado gritando por lo sucedido y corrió a preguntarle que había hecho, porqué había un dedo humano en la comida ; la muy cínica le dijo que siguiera comiendo, que había guisado a su hijo, que ya le había hartado y que sabia delicioso.

Después de ese incidente, a la mujer le cayó una maldición, la mujer se volvió loca y vagaba por los cerros aullando como una loba desesperada, llorando buscando a su hijo.

Se cree que hasta la fecha se escuchan sus aullidos por las noches y la gente de los alrededores teme por sus hijos.

Leyenda enviada por: Silvia Gil

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La muerte

De las muchas historias que hay, la de «La muerte», fue concebida así: La primera y más antigua dentro de la humanidad que inspira cierto miedo y respeto a quienes la sienten.

Cuenta que se describe así: su larga barba demuestra su antigüedad, sus ojos blancos y ciegos pues no puede escoger su próxima víctima, su vestido holgado pues su trabajo lo amerita, sus pies de caballo pues tiene que ser muy rápida y su azada con la cual a tientas se hace la escogencia.

Angel del altísimo con el cuál nos encontraremos algún día.

Leyenda enviada por: Jeleny Dafne Martínez Contreras

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El puente de dios

Hace muchos años existió una zona solitaria. Un campesino con su familia se dedicaba a cultivar maíz. En cierta ocasión hizo su siembra al otro lado del río que estaba frente a su casa, a poca distancia; pero tenía que bajar y subir para cruzarlo y como el río estaba muy profundo era mucho caminar.
Un día, muy fatigado sin querer dijo:

-Le vendería mi alma al diablo si hiciera un puente a lo derecho.-
En ese momento se le apareció un hombre muy bien vestido y le dijo:
–Tendrás el puente antes de que cante el primer gallo, y tu alma será mía, pero si canta el gallo y aun no termino, me iré sin tu alma.-
Después de cerrar el trato, el hombre muy angustiado y asustado por el temor de que fuera a terminar antes de que cantara el primer gallo, no podía dormir, constantemente salía a mirar cómo iba el puente. Sorprendido por la rapidez con la que lo iban haciendo, cada vez se angustiaba mas, causando la curiosidad de su esposa que preguntaba qué era lo que pasaba. El hombre no le decía por no preocuparla, pero tanta fue su desesperación que decidió platicarle lo que sucedía, el se sorprendió de la reacción de su esposa quien le dijo:
-Acuéstate y no te preocupes, deja todo en mis manos, yo lo solucionare, ya verás que el diablo no se llevara tú alma.-
La mujer se puso a vigilar a los quienes construían el puente, cuando miró que lo estaban terminando, empezó a palmear las piernas; cantó como un gallo causando que despertaran todos los gallos, y empezaron a cantar, el diablo desapareció inmediatamente. Así fue como la mujer logro salvar el alma de su esposo y el puente quedo sin terminar porque el diablo desapareció. Muchas  personas han querido terminarlo, pero no han podido, porque parte que le ponen, parte que se cae. Dicen que solo el diablo lo podrá terminar, pero a cambio del alma de una persona.

 

Leyenda enviada por: Ulises Asky

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Leyendas urbanas sobre la banda mexicana de los Ws

Introduccion:

A principios de los años 80’s, en los barrios tapatíos de Pensador Mexicano, surgió una camada una elite de jóvenes rockeros con ambición, recién había pasado la etapa hippie, el psicodélico, el metal inglés, comenzaron los 80’s, y con ellos traían bajo el brazo a los famosos Ws.
Aquellos años, estos jóvenes banderos rebeldes del rock, eran unos maestros, casi casi unos magos en eso del rock, incluso se los llego a llamar Brujos ó Alquimistas, porque hipnotizaban a la gente con su buen manejo del instrumento que manejaban;
Conscientes de ello y de la creciente fama que llegaban a tener en ese tiempo, en aquellas cantinas, bares, discos donde se presentaban entre otros lugares, decidieron que tenían que cambiar su nombre por algo más llamativo, a la antigua manera del rock.

Pensaron ponerse, Brujo y su nombre, pero se oiría muy mal. Así que pensaron en traducirlo al inglés (creando así más fama), llamándose Witch o Witchess. Pero surgía un nuevo problema, no todos podían llamarse Witch o Witchess;
Pero se lo cambiarían nuevamente adoptando un nombre Americano para sus nombres de pila y así nacieron en 1981 los Ws;

Jorge Salcedo = George Ws
José Salcedo = Joss Ws
Carlos Salcedo = Charly Ws
Humberto Salcedo = Bett Ws.

De esa manera sus bandas, Zteeleers (George), Backyards (Joss), Serpientes (Bett), Ojos Diamante (Charly), empezarían una nueva época en el llamado Rock de Barrio Mexicano.
Aquella creciente fama populachera y callejera, crearía mitos, leyendas, supersticiones y demás cosas, Comenzó la verdadera leyenda.

Leyendas y mitos urbanos:

Se dice que su propia madre lanzo una maldición, cuando se enteró que sus hijos formaban parte de una banda de música Folk, y Rock & Roll, se dice que dijo que si a los 25 años no dejaban sus ondas hippie, los iba a mandar arrestar a la milicia. Esa es la versión oficial de aquella familia.
Más sin embargo la versión popular cuenta, que la misma madre de los Ws, cansada de sus borracheras y con ellas aguantar la resaca, de la entrada y salida de mujeres por su casa y del ruido de los instrumentos en la casa, acudió con una "bruja" la cual le explico lo que pasaba con ellos;
La bruja dijo que la letra W era el significado de poder a juntar dos "V" daba por resultado una VV… La S viene de su apeido de pila, lo cual lo tradujo como una hermandad más allá de su misma hermandad de sangre;
Le dijo que cada 25 dentro de los meses de Marzo, Abril y Mayo, debería hacer una oración en el medio de su casa, la 3er luna llena de cada año perecerían el ímpetu y la valentía de la hermandad.

el 28 de Marzo de 1983 pereció Joss Ws (23 años)
el 17 de Marzo 1984 pereció George Ws (24 años)
el 26 de Marzo 1986 pereció Bett Ws (24 años)
el 3 de Marzo de 1988 pereció Charly Ws (22
años).

Fechas en las cuales fueron luna llena.
Nada casual.

Otros cuantos cuentan que simplemente se hartaron de seguir con su vida, que encontraron un buen trabajo y que simplemente siguieron su vida. Algunos afirman haber platicado con ellos 2 horas después que se dictara su muerte.

Lo mismo que afirma Marcos Ramírez, vecino de ellos en la calle Pensador Mexicano.
"Yo platique con George (Ws) dos horas después que supuestamente haya muerto, se me hizo raro,  porque lo vi sin maquillaje y normal me dijo que estaba pensando en dejar la música, recibió una llamada en su casa y se retiró, no lo volví a ver jamás"

Gloria Betsabe Ordoñez, afirmo en 1990 antes de morir, que ella vio a Joss (Ws) y George (Ws) en un taller mecánico arreglando un Mustang color verde pistache.
Los vio por un segundo y sus ojos casi no lo podía creer; "Es la clase de impresión que sientes, cuando reconoces alguien". Le comentaba a la madre de los Ws "doña Lupe" como la conocían todos.
Gloria murió 4 días despues de confesarle esto a "doña lupe", el 11 de Marzo de 1990, luna llena también. Nadie sabe que es lo que tiene a los Ws de cabeza. La década de los 80's fue marcada en la escena rockera del barrio de Pensador Mexicano por la muerte de los Ws. Arraso con todo. Los Zteeleers, Los Backyards, los Serpientes y Ojos Diamante, quedaron sin Ws, y sin sus lideres natos.
¿Maldición? ¿Hartazgo? ¿Madurez?
Juzguelo ud mismo, lo verdadero es, no hablar de los Ws en casa de doña lupe, no vaya ser que una luna llena se los lleve.

Datos curiosos:
Los Ws, antes de su "muerte" siempre veian algo verde, Joss Ws, escribio en su diario:
"Me levanto y esta ahi, despierto y aun esta ahi, me visto y sigue ahi, el verde, mi confusion".
Los ultimos dias de los Ws, marcados por el color verde como aviso de que estaban próximos a dejar este mundo, no lo creo, no creo siquiera que estén muertos.
Ángel Ws, el Quinto Ws, comenta haber ido a un taller mecánico con su padre, haber platicado con sus tíos, y ver que ellos le entregaron un libro grande al cual el bautizo como la biblia Ws. El día que el se decidió por ser un Ws, su padre le entrego el libro.
¿Vivos o muertos?… Solo ellos saben.

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El hombre lobo

Leyenda de terror narra la vida de un jóven mordido por un lobo en su visita al pueblo de su abuelo. Ocurrido en Zamora, España.

Todo comenzó en el invierno de 1993. Yo tenía 24 años y era una persona normal, joven y alegre. Había viajado solo al pueblo de mis padres en Zamora para asistir al entierro de una tia de mi padre que había fallecido a los 84 años de edad.
Llegué cuando todo había terminado. Pedi disculpas a mi abuelo por no poder haber llegado antes, pero es que todo había sido tan precipitado. Las campanas tocaron a muerte, y un escalofrio recorrió mi cuerpo.
 
Comenzaba a anochecer y el frio se notaba cada vez más; además había empezado a nevar. El pueblo parecía ser un pueblo fantasma.
Me dirigia a casa de mi abuelo que está alejada de las demas casas, y entonces lo escuché nitidamente.
Era un aullido, un tremendo aullido de lobo. Sentí un aliento fetido a mis espaldas; me di la vuelta y entonces lo vi; era un tremendo lobo negro. Sus ojos tenian un brillo asesino y sus fauces abiertas buscaron mi cuello.
En un instante se abalanzó sobre mi y me tiró al suelo. No podía zafarme, tenía mucha más fuerza que yo. Sentí el primer mordisco y después escuché un disparo.
Cuando desperté me encontraba en casa de mi abuelo. El había sido el autor del disparo. Pregunté por el lobo; y mi abuelo me lo enseñó. Alli estaba, muerto. Era un ejemplar tremendo, quizas su peso llegara a los 70 kilos.
Me toqué el cuello; me dolía la herida que me había producido la terrible alimaña.
 
Mi abuelo me trajo la cena y al poco rato me fui a la cama y me quedé profundamente dormido. Soñé con el tremendo lobo, me miraba, sus ojos eran claros y me sentí relajado.
Me desperté no se a que hora de la madrugada. Me seguía doliendo la herida del cuello. Me acerque a un espejo para mirarme y entonces mi sangre se heló en las venas.
 
Me toqué las orejas y me dí cuenta que eran puntiagudas; mis ojos ya no eran azules, sino marrones y oblicuos, mi nariz era un largo y tremendo hocico, y mis manos….
¡Dios, mis manos no eran manos, se habían convertido en unas horribles garras, garras de lobo… Y mi cuerpo estaba lleno de un pelo duro y negro…
 
¡Me había convertido en pocas horas en un hombre-lobo… Era una locura; una tremenda locura, pero asi era; y ahora sentía unas ganas tremendas de comer ¡carne fresca!.
Escuché un ruido en la otra habitación; era mi abuelo que estaba roncando, me acerqué a su cama, lo agarré por la cabeza y le mordí en el cuello; la sangre empezó a salir a borbotones y yo comía su carne con tremendo apetito.
Después de esto, me acerqué a la ventana y miré la luna ¡Estaba llena y me miraba! Un aullido lastimero salió de mi garganta.
 
Era la primera muerte de las muchas que tendría que llevar a cabo al haberme convertido en un monstruo sediento de sangre y carne humana.
 
Me desperté con un dolor de cabeza increible y un sabor agridulce en la boca. Me toqué con los dedos la comisura de los labios y noté que tenía algo que parecía reseco; entonces me dí cuenta de lo que era. ¡Sangre!…
Miré a mi alrededor y ví que estaba totalmente desnudo al lado de mi pijama que estaba tirado en el suelo y totalmente destrozado.
 
¿Qué extraños sucesos habían ocurrido la noche anterior?…
Fui a la habitación de mi abuelo. Lo que vieron mis ojos parecía una pesadilla. Alli estaba el viejo o lo que quedaba de él; toda la habitación estaba ensangrentada. ¿Quién había hecho aquella atrocidad?. La respuesta no quería aceptarla mi cerebro.
 
Han pasado ya dos meses desde aquellos terribles acontecimientos y cada plenilunio se repite el mismo ritual. ¡Debo salir a buscar carne humana. He leido bastante en este tiempo sobre la licantropia, esa tremenda enfermedad que me ha convertido en una bestia asesina; en todos los libros dice lo mismo:
"Al hombre-lobo debe matarlo alguien que lo ame y sienta mucho cariño por él; y debe hacerlo disparandole al corazón una bala de plata o en su defecto un cuchillo plateado"…
 
Dire también que en este tiempo he conocido a una muchacha; yo siento verdadera pasión por ella y me parece que ella también siente lo mismo por mi. ¡Dios mio!, cada vez que hay luna llena debo buscar cualquier pretexto para no verla todo ese tiempo.
 
Es una locura, pero debo decirselo, debo contarle en lo que me he convertido…
Ella lo comprenderá; será esta noche. Tengo preparado ya el puñal…
Esta carta se encontró al lado del cadaver de un joven con un puñal de plata clavado en el corazón.
Junto a él una joven que confesó haber sido la persona que lo había matado. El motivo….
"Dijo que aquella noche él se había convertido en un hombre-lobo"
 

Por Antonio Jesús Estrada Arroyo y Alberto Peláez Arroyo

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La silla mecedora

Leyenda de terror acerca de dos estudiantes que se encuentran en la calle una vieja y abandonada silla mecedora.

"Yo vivo en una residencia de estudiantes y las habitaciones no es que tengan muchos muebles: dos camas, dos armarios y una mesa con dos sillas. Como podreis comprobar no vivo solo; comparto mi habitación con mi amigo Sergio. Pues debido a esa escasez de muebles y de la amplitud de la habitacion, un día que volvíamos de la biblioteca, vimos en un contenedor una mecedora vieja que estaba chulisima y la pillamos. Estuvimos meciéndonos en la calle y decidimos subirla a la habitacion. No fue nada facil hacerlo y sortear al bedel, que un tio tope brasas. Pero con mucho arte lo conseguimos y dejamos la mecedora en una esquina de la habitacion y fue acumulando ropa encima de ella.

Pero una semana después, una noche que estaba estudiando, me parecio ver que la mecedora se movia, era imposible, al principio pense que seria una corriente de aire o algo, y me levante a cerrar las ventanas, pero las ventanas ya estaban cerradas. Pense: 'seran imaginaciones mias', y me volvi a sentar en la mesa, pero por el rabillo del ojo no podia dejar de mirar la mecedora. Cuando me olvide del incidente, oi un ruido y me gire. Las cazadoras que estaban en el respaldo de la mecedora habian caido al suelo. Me levanté a recogerlas y vi, esta vez muy claramente, que la mecedora se movía, y no era por la inercia de haberse caído las chupas. Se movía muy despacio, como si alguien se estuviese meciendo. Bajé corriendo a la sala de TV a avisar a Sergio. Subio conmigo mientras repetía que serían cosas mias, y cuando abrimos la puerta vimos la mecedora tirada en el suelo, de lado, y todas las ropas desperdigadas por la habitacion. Sergio dijo que vale, que muy buena la broma pero que no se creia nada. Levante la mecedora y volvio a poner la ropa encima. Y nos fuimos a la cama. Yo no podía quitar ojo a la mecedora pero finalmente me dormí.

De pronto me desperto un ruido, como un roce de algo con algo, y encendi la luz, Sergio se desperto. 'Tío apaga la luz', dijo.' ¿No oyes un ruido?', le dije nervioso. 'No, solo te oigo a ti dando la brasa', grito. Finalmente escucho el ruido. Era como un roce. Buscamos de donde venia y vimos el llavero metalico que colgaba de la llave de la cerradura balanceandose y pegando con la puerta de madera. Estabamos cagados de miedo mirandolo y de pronto empezo a dar vueltas como loco, en círculo, como cuando das vueltas a una cadena alrededor de un dedo, pero lo hacia solo y alrededor de la llave que estaba encajada en la cerradura. Sergio se cabreo. Que ya valia, que muy buena la bromita; y yo: 'tio, que no soy yo'. Y de repente empezo a cerrarse con dos vueltas la cerradura. Clack, clack. Clack, clack… Sergio dijo 'Vale, ya se, estan cerrando con otra llave por fuera', y se giro como diciendo 'aqui ya esta todo arreglado', pero me empujo para que me girase. La mecedora estaba moviendose suavemente.
Estabamos que se nos salía el corazon por la boca. El ruido de la llave paro y el llavero se dejo de mover, pero la mecedora se empezo a agitar de forma violenta…, mas y mas, mas y mas…, hasta que se volcó.

Sergio abrio la puerta y salimos al pasillo. Decidimos no contarlo. Despues de un rato deambulando por ahi volvimos a la habitacion, cogimos la mecedora y la bajamos al patio.

Al dia siguiente el bedel pregunto en el comedor que quien había metido una mecedora en el patio, que ya estaba harto de chorradas y que el proximo que armase alguna se la iba a ganar. Cuando despues de desayunar nos ibamos para clase vimos al dire de la resi ojeando la mecedora. No sé si la habra cogido."

Por Antonio Jesús Estrada Arroyo y Alberto Peláez Arroyo

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Terror en el bosque

Leyenda de terror que tiene como protagonista a una mujer que vive extraños fenomenos luego de perderse en un bosque.

"Recuerdo la primera vez que pisé este bosque. Pasábamos el verano en una casa en plena naturaleza. Era un pequeño pueblo alejado de todo y de todos. Recuerdo que una vez me enfadé con mi madre y salí de casa a despejarme con el frío aire de la noche.

Empecé a andar sumida en mis pensamientos y de repente me encontré rodeada de árboles y demás arbustos.

Miré hacia todas direcciones pero era todo igual. El suelo era pedregoso pero cubierto de verdín. No había ningún tipo de rastro del hombre. Ni arbustos aplastados, ni marcas de huellas en el suelo. Estaba claro que hacía tiempo que nadie pasaba por allí.

Debería haberme envuelto el pánico, pues me había perdido en un bosque, literalmente dicho. Pero, en cambio, me sentí arropada por esos árboles. Sus troncos eran gruesos y de formas retorcidas. El aire formaba un silbido especial al chocar contra las largas hojas y la temperatura era idónea. Se veían destellos blancos por todos los sitios pues la luna se filtraba por donde podía entre aquellas enormes ramas. El aire frío contrastaba con la caliente temperatura y eso daba una sensación satisfactoria, como si estuviera drogada por algo que no sabía que era. El silencio era sepulcral, no se oía nada excepto el suave silbido del aire.

Empecé a andar y deseé quedarme allí de por vida. No pensaba en nada, simplemente andaba, disfrutando cada partícula de esa maravilla. Entonces me invadió el sueño y me tumbé en el suelo. Aunque había piedras me pareció el más confortable del mundo. Cerré los ojos y entre el aroma de fresca hierba me dormí.
Al día siguiente, me desperté en mi cama. Pensé que todo había sido un sueño, pues había sido demasiado surrealista para que hubiera pasado en la realidad.

El sol brillaba en el pueblo, de modo que me decidí a dar un paseo con una mínima esperanza de poder encontrar el lugar de mis sueños. Empecé a andar como el día anterior y lo encontré. No había sido un sueño.

Paseé, esta vez con el sol filtrándose entre las ramas y dando un toque dorado que idealizaba más el lugar. Me senté en el suelo y me quedé inmóvil. No hice nada, sólo respiré el fresco aire y observé. Observé cuidadosamente durante largo rato. Para mí el tiempo se detuvo en ese momento. Tenía la misma sensación que el día anterior, como si estuviera flotando. Pasaron las horas y sin quererlo se hizo de noche. Volví a casa sin saber como.

Cada día de los siguientes iba a ese bosque. Me quedaba observándolo, paseando sus hermosos caminos y saboreando su olor especial. Tantas horas pasé allí hasta que me absorbió por completo. A cualquier hora deseaba estar allí. Tanto lo deseaba que me desconcentraba y no prestaba atención a mis padres. No podía vivir sin ese bosque. Sentía que me faltaba el aire si no iba allí. Así que una noche me escapé y volví.

Entonces me senté en el suelo como siempre y empecé mi meditación diaria. Pero ese día no iba a ser como los demás. De repente todo se volvió diferente. Lo primero que sentí fue la temperatura. Ese aire cálido que antes flotaba se convirtió en uno gélido que me dio escalofríos por todo el cuerpo. El olor ya no era de hierba fresca si no de algo repugnante, como podrido. Me levanté y observé intentando averiguar que le pasaba a mi bosque. Pero una sensación de terror me envolvió, ya que no me pareció seguro sino todo lo contrario.

Me entraron ganas de salir de allí, así que empecé a andar a paso ligero hacia la salida. Pero después de andar un largo rato, volví al mismo lugar. Me entró el pánico, pues mis ganas de dejar ese bosque aumentaron, de modo que empecé a correr.

De repente algo me cogió del tobillo y me caí. Mientras mi labio sangraba me levanté dispuesta a correr todo lo que podía. Y así lo hice. Mientras corría, el silbido del aire se convirtió en aullido, los troncos de retorcidas formas parecía que me observaban con cruel aspecto y cada vez me costaba más correr. Y llegué al mismo sitio. El agotamiento se unió a mi desesperación e hice un último esfuerzo. Corrí lo más que pude hacia otras direcciones mientras el bosque me gritaba en los oídos y el aire frío me helaba los huesos. De repente, las piernas se me paralizaron y con un gemido caí.

Levanté la vista con mi labio sangrante y observé que enfrente de mí se erguía un gran árbol idéntico a sus compañeros. Me quedé mirándolo y no se como, en ese momento supe que nunca saldría de ese bosque. Un imán muy fuerte me atraía hacía ese árbol y en un momento sus formas retorcidas de empezaron a mover con un ruido ensordecedor, abriéndose como una flor en primavera. Esa fuerza me atraía más y más hasta que me encontré dentro del árbol. Sus formas entonces se empezaron a cerrar hasta que todo fue oscuridad. Estaba dentro del árbol. Se hizo el silencio.

Mis lágrimas recorrían mi rostro mientras yo golpeaba en todos los sitios son todas mis fuerzas. Hasta que un dolor indescriptible se apoderó de mi cuerpo. Me paré sobresaltada. Empecé a sangrar más de mi labio. Me dolía todo. Entonces grité y salpiqué sangre que salió de mi garganta. No sabía que me pasaba. Mis lágrimas se habían tornado rojas y mi nariz sangraba a borbotones. Me ahogaba. De repente me quedé inmóvil.

Ahora podía ver dentro de mi tronco de árbol tras una cortina púrpura que ocultaba mis ojos. Sabía que ese iba a ser mi hogar para siempre. Sigo aquí. Mi antigua personalidad no se ha muerto del todo. Aunque forme parte de este bosque y sea su máxima aliada, aun tengo recuerdos de mi vida anterior. Mis padres, el pueblo y mis agradables visitas a este bosque antes de que me mostrara su verdadera cara. No sé como, puedo observar el resto del bosque por si viene alguien que pueda acompañarnos. Le engañaremos hasta que sea demasiado tarde.

Le atraparemos como me atrapó a mí. Y así viviré hasta que a este árbol se le acabe la vida y con la suya la mía también."

Por Antonio Jesús Estrada Arroyo y Alberto Peláez Arroyo

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El bosque de los suicidios

Leyenda de terror acerca de un conductor que encuentra a una pareja pidiendo ayuda cerca de un bosque conocido por ser el lugar de numerosos suicidios.

Una noche un hombre iba atravesando por un bosque, donde había ocurrido muchos casos de suicidio. El bosque era tan enorme que apenas se encontraban los restos. El hombre iba en coche, y con un poco de miedo, ya que conocía la fama que tenía ese bosque.

"Dios mío, no me extraña que vengan aquí a suicidarse, esto está más perdido que… eh, ¿qué es eso?"

Notó que había algo en la carretera y cuando estaba ya cerca vio que era una pareja tendida en el suelo. La chica no se movía pero el chico estaba haciendo señal pidiendo ayuda.

El hombre se bajó del coche y le preguntó: "¿Qué os ocurre, en un sitio como aquí?"

"…Vinimos a suicidarnos… Nosotros queríamos casarnos, pero nuestros padres no nos permitieron por eso vinimos aquí, pero estoy arrepentido, por favor llévanos a algún hospital…"

El hombre llevó al coche a la chica que no se movía y le ayudó al chico a subir. Corrió todo lo que podía hasta llegar a un hospital más cercano mientras oía la voz del chico…"¿Está lejos el hospital?…Por favor dese prisa…"

El coche llegó al hospital. "¡¡Socorro, por favor, hay dos que están muy grave!!" El hombre explicó todo lo que había pasado mientras sacaban a los dos de su coche. Parecía que el chico había perdido el conocimiento.

El hombre tuvo que esperar un buen rato hasta que salió el médico que examinaba a los dos. "Doctor, ¿cómo están? ¿Se salvará la vida?"

"Siéntese… Vamos a ver, según lo que explicó los encontró en el bosque, ¿verdad?" "Sí" "¿Hace cuánto tiempo?"

"Hará.. como una hora o un poco más…" "Y dice que habló con el chico." "Sí, la chica no estaba consciente pero el chico me explicó lo que pasó y todo el camino me estaba diciendo que corriera, que me diera prisa."

"Es que… es muy extraño… Los he examinado y los dos están muertos por lo menos desde hace 5 horas…"

Por Antonio Jesús Estrada Arroyo y Alberto Peláez Arroyo

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El espíritu del niño errante

Leyenda de terror acerca del espíritu de un niño muerto que agrede a habitantes de un pueblo. No conocemos el lugar donde ocurre esta leyenda urbana de terror.

"Cuando ocurren cosas, normalmente es a una persona o un grupo de personas compartiendo la misma experiencia, pero esto que voy a contar sucede en un pueblo, y ocurre a todos sus habitantes, los cuales ya están acostumbrados… Pero yo, como visitante, y mis primas, hemos vivido unas experiencias que a la gente de allí les parece "normales".

Fuimos a ese pueblo donde mis tíos tenían en las afueras una casa cerca del pantano. Para ir al pueblo tenías que seguir un camino de tierra durante cuatro kilómetros hasta llegar.

Como en la casa de noche nos aburríamos, mis tíos nos acercaban al pueblo en coche para que pasáramos allí unas horas con los chicos del pueblo. Era verano y las noches invitaban a pasarlas hablando y disfrutando de compañía.

Los chicos del pueblo al principio nos parecían muy fantasiosos o que nos querían meter miedo. Decían que algunas noches se oía el gemido de un niño pidiendo ayuda… pero no venía de ninguna parte, sino de todo el pueblo. Cada uno de los habitantes lo oía en su propia casa, en la calle, en la tienda, en el bar… partía de las paredes, del suelo… a veces incluso sentían un empujón violento que los lanzaba al suelo… Contaban que incluso una mujer embarazada perdió a su hijo en la plaza una tarde en la que se encontraba hablando con unas amigas al sentir que unas manos aprisionaban su vientre con tanta fuerza que la hizo abortar allí mismo. Ella estuvo a punto de morir y cuando se recuperó, se fueron del pueblo y no volvieron a él.

Les preguntamos que quién podría provocar esas cosas… y que después de lo de la mujer ¿cómo es que la gente no se va del pueblo también? Entonces nos contaron una leyenda de terror y del por qué creen que "eso" atacó tan ferozmente a la mujer.

Hacía unos diez años, unos niños del pueblo decidieron irse una noche de verano a otro pueblo vecino. Para ello tenían que atravesar un campo donde en uno de los laterales estaba el cementerio que compartían los dos pueblos y que se hallaba justo a la mitad del camino.

Cuando ya estaban bien avanzados oyeron un crujido a sus espaldas. Era el hermano menor de uno de ellos. Le instaron a que se volviese a casa pues no querían cargar con críos y éste se negó en rotundo, más que nada es que le daba miedo volverse solo.

Entonces decidieron despistarle. Al llegar a la altura del cementerio dijeron que iban a jugar para esconderse en él. Como había luna llena se veía bastante bien, este chico aceptó sin sospechar nada… Ya en el cementerio, uno contaba y los demás se escondieron todos juntos, mientras este chico se escondía en otro lado pensando que todos estaban haciendo lo mismo.

Cuando ya le perdieron de vista, los chicos se reunieron y salieron por una de las tapias dejando a este chico escondido. No podían evitar reirse de lo fácil que había resultado engañarlo hasta que oyeron un grito desgarrador… Al principio pensaron que se trataba de una broma, hasta que el segundo grito reaccionaron y volvieron a entrar en el cementerio… Estuvieron buscando por todas partes pero no le encontraron, gritaron su nombre, dieron vueltas y más vueltas y nada.

Al cabo de muchas horas, cuando ya despuntaba el alba decidieron buscar ayuda en el pueblo con la esperanza de que el chico les hubiese gastado una broma y se hubiese ido a casa.

Al llegar al pueblo, el hermano fue a su habitación, no había dormido allí, la madre le preguntó por su hermano pequeño y éste le tuvo que contar la verdad. La madre avisó al padre y éste a todo el pueblo… Salieron todos en busca del muchacho al cementerio.

Cuando llegaron allí, uno de los vecinos descubrió con terror que el cuerpo del chico se encontraba en una de las fosas que acababan de abrir días antes para un nuevo difunto… El chico tenía la cabeza reventada, los huesos de las piernas y de los brazos retorcidos en una figura grotesca, los ojos cristalizados por el pánico y la boca en una mueca de absoluto terror…

Fue un día negro en todo el pueblo, nadie se explicaba lo que había ocurrido allí. El hermano, con los años, fue internado en un psiquiátrico pues decía que su hermano se estaba vengando de él, le veía en todas partes, le pegaba… Los médicos le diagnosticaron neurosis obsesiva post-traumática, pero no podían explicar los contínuos moratones que aparecían por todo su cuerpo, incluso en la cara…
Al cabo de unos años, la madre de estos hermanos se quedó embarazada… y a los siete meses le ocurrió lo que ya contaron antes: Algo había provocado la muerte de su bebé y quizás su propia muerte de la que escapó por poco. Los chicos decían que los gritos que oían por las noches eran iguales que los que oyeron en el cementerio.

Oyendo esta historia la verdad es que les creímos… habíamos pasado un buen rato de miedo y nuestro tio nos vendría pronto a recoger para llevarnos a casa…

Cuando íbamos hacia el coche, sentí un golpe fuerte en mi espalda que me obligó a apoyarme en mi prima de una forma violenta. Casi nos vamos las dos al suelo… Miré hacia atrás, pero los chicos estaban hablando entre ellos a unos tres metros de nosotros.
Mi tío dijo que me había tropezado. Mi prima, sin convencerse del todo, fue hacia los chicos, cuando de repente volvió la cabeza hacia el otro lado de forma violenta… Dijo que alguien la había abofeteado… y tenía una mano marcada en la cara… una mano pequeña…

Nos asustamos muchísimo… y empezamos a gritar presas de la histeria… Los chicos vinieron a auxiliarnos mientras mi tío abría el coche rápidamente para meternos dentro. Los chicos hicieron una barrera con sus brazos protegiéndonos de lo que fuese y pudimos meternos en el coche. Por el cristal pude ver cómo golpeaban a algo invisible que les estaba atacando. Mi tio condujo a gran velocidad tocando el claxon como un loco. Al llegar a la casa llamó a mis otros tios y todos fueron al pueblo a ayudar a los chicos, pero ya todo había pasado. Éstos se encontraban agotados por la lucha, con arañazos, golpes… pero dijeron que estaban acostumbrados, que no pasaba nada.

Las agresiones en ese pueblo son esporádicas y no siempre a las mismas personas… pero ellos sienten que tienen que estar ahí para que ese niño que murió de forma tan violenta no esté solo… Llegará el momento en que pueda descansar en paz."

Por Antonio Jesús Estrada Arroyo y Alberto Peláez Arroyo