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Leyendas Urbanas del Mundo

Leyenda del monstruo del Lago Ness

Esta leyenda urbana, un poco larga, trata sobre el misterioso monstruo del Lago Ness que se encuentra en Escocia.

El lago Ness es famoso en todo el mundo por el supuesto monstruo que vive en sus aguas. Pese a que las reiteradas exploraciones para tratar de encontrar alguna prueba definitiva de su existencia no han tenido éxito hasta el momento, los indicios parecen abrumadores. Hay registrados más de tres mil testimonios de observaciones, decenas de fotos y filmaciones atestiguan que en este lago del norte de Escocia se esconde lo que parece un enorme animal misterioso. En los últimos meses se han producido nuevas observaciones de la bestia, se han realizado más fotografías, tan discutibles como las anteriores, e incluso se han escuchado misteriosos gruñidos y gemidos procedentes del lago. Los documentos más novedosos están compuestos por la nueva secuencia de tres fotografías que se ha conocido recientemente y que muestra con claridad lo que parece el largo cuello y la cabeza de un animal que emergen de las oscuras aguas de este lago. Los escoceses están convencidos de que si no existiese Nessie, nombre cariñoso con el que conocen al monstruo dellago Ness, habría que inventarlo. Cada año, decenas de miles de personas procedentes de todo el mundo viajan hasta las Tierras Altas en busca de un misterio y de un sueño.

Envuelto en una casi permanente bruma se encuentra el lago Ness, uno de los lugares enigmáticos más famosos del mundo y el «hogar» del célebre monstruo que se cree vive n sus frías aguas. Todos esperan poder atisbar, aunque sea sólo unos instantes, la extraña silueta de la bestia, con su largo cuello fuera del agua, pero la inmensa mayoría debe conformarse con sumergirse en el ambiente enigmático de ese lago. Algunos parecen tener suerte; el último avistamiento conocido ocurrió el pasado 15 de junio, cuando el personal y los huéspedes del hotel Craigcarroch se quedaron sorprendidos al ver, durante unos diez minutos, unas misteriosas ondas en las aguas del lago, que se movían en forma de zigzag. La propietaria del establecimiento, Kate Munro, no dudó en afirmar a la prensa que ,<siempre he creído que aquí vive una enorme criatura acuática».

Primer encuentro con Nessie. La leyenda cuenta que el misionero irlandés San Columbano, evangelizador de Escocia, fue el primero que relató un encuentro con el monstruo en el año 565 de nuestra era. La bestia había atacado a un vecino en el río Ness, que desemboca en el lago y el hombre santo exhortó a la bestia a que no atacase a las personas. Probablementee, la influencia del santo varón fue determinante, pues aunque los avistamientos de este monstruo se han seguido produciendo, no hay noticias significativas de ataques a humanos. Por suerte para los vecinos de la zona, las costumbres de esta bestia parecen ser bastante pacíficas. De todas formas, no fue hasta los años treinta de nuestro siglo cuando los testimonios de avistamientos del monstruo se hicieron más frecuentes. Es más que probable que una causa directa de este mayor número de observaciones fuese la construcción de una carretera que bordea al lago y que lo hace, por lo tanto, mucho más accesible a los visitantes. Precisamente, mientras viajaban por esa carretera, George Spicer y su esposa vieron el 22 de julio de 1933 lo que describieron como una enorme y oscura criatura con un largo cuello.

Unos meses después, el 12 de noviembre, un trabajador de la compañía British Aluminium llamado Hugh Gray, afirmó que había visto un objeto de grandes dimensiones en el lago, al que consiguió fotografiar. La imagen, no demasiado clara, dio la vuelta al mundo, y al año siguiente ya se registraron medio centenar de observaciones de esa enigmática criatura.

Los testimonios se suceden.
Entre estos primeros avistamientos y algunos de los últimos apenas ha cambiado nada. Edna MacInnes, de 25 años, y su amigo David Mackay, pudieron contemplar a este extraño ser el 17 de junio de 1993. Calcularon que medía unos doce metros de longitud y de su figura destacaba su largo cuello, similar al de una jirafa. Se encontraba a un kilómetro y medio de ellos, pero lo pudieron contemplar nítidamente durante diez largos minutos, hasta que se sumergió en las oscuras aguas. «Era de un color marrón brillante y se podía ver con mucha claridad», declaró la testigo en un programa radiofónico, y añadió que durante todo el tiempo que duró la observación corrieron por la ribera para intentar acercarse a la bestia. «Tuve miedo cuando la estela del monstruo llegó a la orilla, pero en ningún momento dejé de correr detrás de él tan rápido como pude», añadió. Después de que Nessie se sumergiese en el agua, la pareja fue a buscar una cámara fotográfica y unos binoculares a su casa, que estaba relativamente cerca. Tuvieron suerte, pues esa criatura volvió a aparecer, apenas a seis metros de la orilla del lago, instante en el que le hicieron una fotografía que, por desgracia, no muestra al monstruo sino sólo la estela que dejaba. Esta pareja de vecinos de Invemess no fueron los únicos que ese mismo día vieron al monstruo.

James MacIntosh volvía con su hijo de una excursión de pesca cuando el joven le dijo que en el lago había algo que no era un bote. «Estaba concentrado conduciendo -declaró este testigo- pero miré al lago y vi una cosa marrón con un largo cuello como el de las jirafas que nadaba por la superficie. Fue una experiencia misteriosa». Este enigmático ser se sumergió rápidamente instantes después. En septiembre de 1995, Loma Taylor afirmó haber visto cerca del castillo de Urquhartona muy frecuentada por la criatura una cabeza con un largo cuello sobre el agua. Un año antes, el 26 de agosto de 1994, otro testigo llamado james Brown aseguró que había observado moverse sobre el agua un objeto de color negro y forma oval, aproximadamente de 1,8 metros de largo por 1,2 de ancho, y que, comparando sus dimensiones con las indicadas por otros testigos, debía ser un pequeño retoño de la familia Ness, ya que quienes aceptan que tanto éste como otros monstruos marinos y lacustres son bestias que han logrado sobrevivir a la desaparición de los dinosaurios, consideran que debe tratarse de diversos especímenes que se reproducen y esconden en túneles subacuáticos por los que acceden al mar. Los testimonios son tan abundantes que incluso Nessie es motivo de apuestas, un pasatiempo muy arraigado entre los británicos. Según un experto en este tipo de pronósticos, William Hill, las posibilidades de que se consiga demostrar científicamente la existencia de esta criatura oscilan entre las 500 a 1 y 100 a 1. En caso de que el monstruo apareciese, debería desembolsar alrededor de un millón de libras esterlinas, unos doscientos millones de pesetas. Los incontables testimonios recogidos, y las fotografías conseguidas, apuntan a un retrato robot bastante concreto de esta criatura. Se trata de un animal de entre los 14 y los 20 metros de longitud, de piel lisa y color oscuro, por lo general gris o pardo, en el que destaca su largo cuello rematado por una cabeza relativamente pequeña y achatada, que en ocasiones está coronada por una especie de pequeños cuernos o antenas.

Sonidos inexplicables.
Los indicios de la presencia de esta extraña criatura no se limitan a sus difusas imágenes gráficas; también ha sido posible escuchar el gruñido o gemido que produce esta bestia desconocida. El diario Dundee Courier publicó el 19 de julio de 1995 que varios de los tripulantes de un minisubmarino que opera en el lago habían podido escuchar unos sonidos inexplicables. Según uno de los pilotos del navío, Bill Bolton, él y otros cuatro tripulantes de este sumergible dedicado tanto a la investigación como a llevar pasajeros, se encontraban a unos 13S metros de profundidad cuando escucharon esos ruidos. «Sólo oímos un par de gruñidos y nada más», dijo Bolton, pero añadió que «unas semanas atrás escuchamos en esta misma zona unos sonidos extraños a los que no dimos más importancia en el momento». Otro piloto de este minisubmarino, Allen Whitfield, aseguró que él ha buceado por todo el mundo y ha escuchado en diversas ocasiones el sonido que producen los delfines y las ballenas, pero lo que oyó no era nada comparable. «He escuchado frecuentemente a los mamíferos marinos, pero esos gruñidos eran algo raro, diferente», aseguró. Estos extraños sonidos se oyeron cerca del pueblo de Abriachan, en la orilla oeste, y fueron también recogidos por una serie de micrófonos que tiene el submarino a largo de toda su estructura, y enviados a la base que se halla en la orilla del lago. Los intentos por descubrir la realidad que se encuentra detrás de todos los testimonios de avistamientos de esta extraña bestia han sido hasta el momento infructuosos. Nunca se ha encontrado ningún resto orgánico que pudiese pertenecer a un cadáver de este monstruo, y las mayores campañas para intentar arrojar luz al asunto, como la que se realizó durante octubre de 1987, cuando veinte barcos recorrieron metódicamente todo el lago barriéndolo con el sonar, no han tenido jamás la recompensa del éxito, aunque en 1960 se obtuvieron unos precisos ecos de sonar que indicaban la presencia de un enorme cuerpo nadando a gran velocidad bajo el agua.

Evidencias fotográficas. Como casi única prueba más o menos palpable quedan las fotografías, algunas de bastante buena calidad, aunque nunca se puede garantizar completamente su autenticidad y que correspondan al «monstruo» y no a otros animales u objetos confundidos en la distancia, como quedó de manifiesto al denunciarse la falsedad de la fotografía obtenida por Kenneth Wilson en 1934, y que estaba considerada hasta el momento como una de las más significativas de esta bestia. De todas formas, las fotografías submarinas obtenidas por Roben H. Rines en 1972 son, posiblemente, las imágenes más espectaculares de este monstruo, pues presentan con bastante claridad lo que parece una enorme aleta romboidal, de unos dos metros de longitud, y también, aunque más vagamente, un cuerpo de entre quince y veinte metros, con un largo cuello coronado por una curiosa y pequeña cabeza. Estas sorprendentes imágenes fueron cuidadosamente analizadas por el Jet Propulsion Laboratory de Pasadena que, mediante tratamientos informáticos de las imágenes, consiguió mejorar su calidad. Nessie también ha sido filmado y grabado en vídeo. Desde que se obtuvo la primera secuencia, en 1933, hay registradas ya unas veinticinco, siendo la más famosa la que obtuvo en 1960 el ingeniero aeronáutico Tim Dinsdale, un veterano «cazador de Nessie», quien filmó un borroso objeto sobre el agua, de unos cuatro o cinco metros de longitud por metro y medio de ancho. La cinta fue analizada por expertos del Centro de Inteligencia y Reconocimiento Aéreo de las Reales Fuerzas Aéreas Británicas, que concluyeron que el objeto filmado no era un bote, sino «un objeto animado».

¿Los últimos dinosaurios? ¿Qué tipo de animal se esconde en las aguas del lago Ness? Los más escépticos, como Adrian Shine, responsable del Proyecto Loch Ness, opinan que se trataría nada más que de grandes esturiones, unos peces que pueden alcanzar los tres metros de longitud y pesar más de 200 kilos. Sin embargo, los esturiones no pueden explicar el largo cuello característico que sobresale de la superficie del lago, según la mayoría de los testigos y las fotografías obtenidas. Otros investigadores consideran que habría que pensar en otro tipo de animales, desconocidos en la actualidad, para explicar las apariciones de este ser. En este punto las hipótesis se disparan, pues mientras que zoólogos tan conocidos en el estudio de los animales misteriosos como el doctor Bernard Heuvelmans apoyan que el origen más probable habría que buscarlo en la existencia de un enorme Pinnípedo de largo cuello, un pariente gigante de las focas que este científico ha bautizado como Megalotaria Longicollis, otros creen más probable que se trate de un antepasado de las ballenas, de aspecto serpentiforme, llamado Zeugledón, o de una anguila gigante.

También son legión los que están convencidos de que Nessie es en realidad un superviviente de los plesiosaurios, unos reptiles marinos que se extinguieron en la misma época que los dinosaurios. Esta hipótesis cuenta con el nada desdeñable inconveniente de que no está claro que estos reptiles estuviesen adaptados a la vida en un agua tan fría como la del lago Ness, que nunca supera los veinte grados. Sea un pariente gigante de las focas, un reptil supuestamente desaparecido hace sesenta millones de años o una anguila desconocida, lo cierto es que algo extraño se oculta bajo las aguas del lago Ness. Hace unos meses, diversos medios de comunicación británicos y americanos se hicieron eco de la supuesta noticia de que se había encontrado un cadáver de Nessie. Dejando a un lado su falsedad, como se demostró con posterioridad, la noticia provocó una ola de indignación popular en Escocia, pues para los habitantes de estas tierras Nessie es algo más que un importante atractivo turístico, ya que representa un símbolo nacional. El monstruo del lago Ness no puede morir, porque con independencia de su existencia física en las aguas del lago, vive también en el corazón de los escoceses.

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