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Mitos Mexicanos

Chamán de la Tierra y Hermano Mayor cantan. Mito pápago.

Hace miles de años en el universo solamente había una persona: Dios. Carecía de materia y forma, era sólo espíritu. Un día, decidió formar el Cielo, Damkatchin, para que en él descansara su alma. En el Cielo creó a una persona que era la Luz y a Chamán de la Tierra que descendió y creó al mundo. Entonces el Dios cantó:
¡Chamán de la Tierra, chamán de la Tierra,
Tú creas la Tierra ahora, 
La pones en movimiento!

Chamán de la Tierra creó a  Siuuhu, Hermano Mayor, al tiempo que cantaba:
¡Hermano Mayor chamán!
Has creado las montañas a nuestro alrededor.
¡Has puesto todo en movimiento!

Así, cuando la Tierra y el Cielo se tocaron  nació el Hermano Mayor, su hijo.
Chamán de la Tierra y Hermano Mayor decidieron crear un Hombre utilizando barro. Dejaron a la figura en el suelo y se sentaron junto a ella. Le soplaron su aliento y la figura cobró vida. Enseguida, procedieron a crear una Mujer. De esta pareja nacieron los indios pápagos. Como todo estaba oscuro, la pareja se puso a dormir. Los tres espíritus sagrados decidieron crear el Amanecer, el cual surgió por el Este. Fue entonces cuando la pareja despertó, y los dioses cantaron:
¡He creado la mañana,
La he colocado en el Este.
Ha comenzado a iluminar la Tierra!

Siguiendo al Amanecer crearon al Sol que iluminó a la Tierra. Y cantaron:
¡He creado al Sol.
 Lo he colocado en el Este.
Está surgiendo y alumbrando al mundo!

Al ver a la pareja despierta, los tres espíritus decidieron darle alimento para vivir. Entonces crearon al Venado. Y cantaron:
Este Venado gris lo hice para ustedes.
En las montañas se ve.
Se ve una nube de polvo.
Parece una montaña de arena.
Tras ella el Venado aparecerá.

Poco después hicieron una Liebre que también les serviría de alimento. Y cantaron:
La gris Liebre
Es para ustedes.
La Tierra parece un espejismo: agua por todas partes.

Al poco tiempo crearon el Viento, las Nubes y la Lluvia. Surgió la Malva que sirvió de alimento a las personas, y les dio fuerza para ir a cazar el Venado con el arco y la flecha. Cayó la noche, volvió a oscurecer: había transcurrido el primer día de la humanidad. Cuando oscureció, los dioses hicieron a la Luna que alumbró la Tierra un poquito, y luego se escondió por el Oeste. Como el Sol y la Luna estaban muy cercanos, se rozaron, y de ese roce nació Coyote, su hijo. Para alumbrar un poquito más la oscuridad de la noche, los dioses creadores hicieron las Estrellas. Y cantaron:
¡Vamos a hacer las estrellas! Las vamos a colocar en los cielos.
Vamos a crearlo todo, colocarlo en los cielos para iluminar la Tierra.

Como las Estrellas no daban suficiente luz, y para que los hombres se pudiesen guiar en sus viajes, pensaron en crear la Vía Láctea. Y cantaron:
¡Vamos a hacer la Vía Láctea! ¡Está hecha!
Se está extendiendo en el Cielo, de un extremo a otro.
El gris Coyote, nuestro primo, le sopla a la Vía Láctea.

Terminada la Vía Láctea, aventaron a la Oscuridad hacia el Este, por donde comienza la noche. Y cantaron:
Estoy trabajando como un gran chamán de la Tierra. He arrojado la noche hacia el Este.
Abarca y recorre desde arriba, a toda la Tierra.
Abarca y recorre desde abajo, hacia el Sol poniente, en el Oeste.

Hermano Mayor se dio cuenta que la Tierra temblaba. Se quito la cinta dorada de su sombrero y la rompió. El oro que se desprendió lo colocó sobre las montañas para afianzar a la Tierra. Empujó a la Tierra con su mano hacia abajo, hacia el Este; su pie derecho, extendido hacia el Oeste, lo apoyó sobre la Tierra y la empujó para abajo. Y cantó:
Él  ha alcanzado lejos en el Oeste
Él ha sentido que la Tierra estaba temblando, por allá.
Lejos, abajo en el oeste, posé mi pie.
Descubrí que las montañas estaban temblando. Yo lo he descubierto.

La Tierra se aquietó. Como la Tierra era plana Chamán de la Tierra tomó un poco de la luz que salía de sus ojos e hizo al Zopilote que con su vuelo creó las montañas y los valles. Y cantó junto con el Hermano:
Ave Zopilote, has hecho la Tierra perfectamente bien.
Ave Zopilote, haz hecho las montañas perfectamente bien. Ahora la Tierra está quieta.
Sobre ella todo aparenta estar bien. Todo ha sido creado de una manera perfecta.
Las montañas estaban temblando, ahora están quietas. Sobre ellas todo es perfecto.

Enseguida, Chamán de la Tierra tomó a la Mujer con la mano izquierda y al Hombre con la derecha, y vivieron muy felices siguiendo las enseñanzas recibidas de Chamán. De repente, un espíritu maligno atacó a la Mujer, la sedujo, y Chamán de la Tierra la castigó por portarse mal: le dijo que a partir de los doce años cada mes menstruaría, y tendría a sus hijos con mucho dolor. Y así fue. A pesar de todo, los seres humanos se multiplicaron. Poco después, los dioses hicieron el Fuego frotando dos maderas, a fin de que los indios pudieran cocer sus alimentos. La Creación había concluido.
                                                                                                                                Sonia Iglesias y Cabrera

NOTA: Los cantos incluidos en el texto son una traducción de los cantos que ejecutan los narradores pápagos al relatar el mito.

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