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Itztlacoyouhqui. Mito mexica

Cuchillo Curvo de Obsidiana fue el dios de la oscuridad, los desastres, la obsidiana, la temperatura, las heladas, el pecado, el castigo, y las miserias humanas. Pero también fue el dios de la justicia y la objetividad. Se le representa con la cara de piedra y con los ojos vendados, a veces una punta de flecha le atraviesa la cabeza. A decir de fray Bernardino de Sahagún: Los atavíos que llevaba eran la carátula del pellejo metida por la cabeza y un capillo de pluma metido en la cabeza, que estaba pegado a un hábito de pluma que tenía sus mangas y su cuerpo; la punta del capillo, que era larga, estaba hecha una rosca hacia atrás; tenía un lomo como cresta de gallo en la rosca, y llamaban a este tal capillo itztlacoliuhqui, que quiere decir dios de la helada.

En el principio de los tiempos Itztacoliuhqui fue Tlahuizcalpantecuhtli, el Señor de la Estrella del Alba, el Señor de la Aurora, representado como un esqueleto que flecha. Era pues, completamente diferente al actual, pero después de combatir con Tonatiuh, el Sol, quien le agredió cegado por los celos ya que Tlahuizcalpantecuhtli había adquirido mayor importancia durante la creación del Quinto Sol llevada a cabo por los dioses en la ciudad de Teotihuacan, Tonatiuh lo castigó y lo convirtió en Itztlacoliuhqui, arrojándole una certera flecha a la cabeza hasta perforársela. Como nos dice el Códice Chimalpopoca: Le disparó y no le acertó. ¡Ah! ¡Ah! le dispara y flecha el Sol a Tlahuiz-calpanteuctli con sus saetas de cañones de plumas rojas, y en seguida le tapó la cara con los nueve cielos juntos. Porque Tlahuizcalpantecuhtli es el hielo.

Mito mexica

A Itztlacoliuhqui se le considera un aspecto o advocación de Quetzalcóatl y de Tezcatlipoca. Se le asocia con la noche y el frío del norte. Asimismo, rige la trecena, el período de trece días del calendario, que da comienzo con en 1-Cuetzpallin, Uno Lagarto. La fiesta al dios Itztlacoliuhqui se celebraba en el mes Ochpaniztli, con ofrendas de comida, bebida, sacrificios humanos, danzas y cánticos.

Sonia Iglesias y Cabrera


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