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Mitos Cortos

La creación del mundo. Mito huasteco.

Cuentan los viejos sabios teenek que hubo un tiempo en que no existía nada. No había Tierra ni Cielo, tan solo había un mar infinito y una terrible oscuridad. Un buen día, los dioses decidieron crear el universo y lo concibieron como un todo orgánico estructurado en tres planos. En el plano superior se encuentra el Cielo, sostenido por un pilar llamado T’ithach. Este plano constituye la morada paradisíaca de los dioses, y su naturaleza es caliente.

En el segundo plano está situada la Tierra, Tsabaal, el lugar en que transcurre la vida de los seres humanos. La Tierra se apoya en cuatro hombres situados en los cuatro rumbos cardinales. Estos hombres murieron ahogados, son muy frágiles y están agrietados, por lo que cada año se rompen y se van hacia el Oriente, donde vive Muxi, el Abuelo Trueno, dios omnipotente de la lluvia. Cuando fenecen los pilares humanos en seguida son remplazados por otros hombres que perdieron la vida de la misma manera. Tsabaal es muy bella, siempre verde y fresca, ella es la dueña de todos los animales que habitan sobre su superficie. Es la Diosa Madre con poder absoluto sobre los humanos; se viste como una Puulik Miin, Gran Madre Abuela. La Tierra cuida de que nunca falte el agua y el viento, que también le pertenecen. Los dioses quisieron que la Tierra se moviese en el Tiempo, K’ih, y por el Tiempo. K’ih es su compañero, tiene movimiento pero carece de forma.

El plano inferior estaba formado por el Inframundo, de naturaleza fría y habitada por los muertos. Los dioses quisieron que los tres planos del universo se comunicasen por medio de fluidos mágicos, simbolizados por dos serpientes entrelazadas, las cuales se mueven continuamente, de acuerdo a un movimiento helicoidal.

El universo alberga siete planetas femeninos. Cada planeta posee un compañero: el Movimiento, el cual es de sexo masculino. Los nueve planetas se mueven de acuerdo a los acontecimientos que suceden en la Tierra; así pues, se encuentran regidos por las guerras, el conocimiento, la peste, el clima… La patrona de los planetas y de las estrellas es una gran estrella que recibe el nombre de Puulik Oot, quien a su vez obedece y es regida por el astro Sol, el rey de reyes. Tanto los planetas como las estrellas pueden ser utilizados por los seres humanos para su beneficio.

A los indios teenek los creó una pareja divina: Maam y Muxi, quienes también crearon a la maravillosa planta del maíz. A las demás plantas y a las frutas las cuida Musi, el Trueno, que vive en el mar; gracias a él crecen y maduran. Antes de los actuales hombres, los dioses creadores hicieron varios infructuosos intentos; pero los hombres que produjeron no sirvieron porque eran débiles ya que solamente se alimentaban de la frutita del algodón. Un día, la Abuela Madre fabricó masa de maíz y dio vida a dos hombres y a dos mujeres. Con el olote hizo sus huesos. Desde entonces, los indios no pueden vivir sin el maíz. El dios Muxi envía el maíz a la Tierra, sin el cual los hombres perecerían inevitablemente, porque forma parte de su carne. Los teenek son hombres de maíz.

Sonia Iglesias y Cabrera

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