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Mitos Mexicanos

El universo de los nahuas

Cuentan los abuelos de Chicontepec, Veracruz, que los dioses formaron al universo y a las personas en varias etapas. En la primera de ellas los hombres fueron hechos de barro. Se alimentaban de tierra y piedras. Pero un día llegaron unas fieras llamadas Tecuanimeh y destruyeron al mundo. Los dioses no desistieron y crearon a unos nuevos seres de papel. Se nutrían de la corteza de los árboles. Pero tampoco vivieron mucho y desaparecieron a causa de huracanes. Los dioses insistieron en su faena y decidieron crear a los hombres de madera que comían ojite y madera, pero también terminaron mal, pues murieron todos quemados. Los dioses no se daban por vencidos y dieron vida a hombres cuya carne era de tubérculos, los cuales también les servían como nutrimento. Como los tubérculos estaban cosidos, los hombres se comían unos a otros, los dioses decidieron castigarlos y desaparecerlos por medio de terribles inundaciones. Ompacatotiotzih, el dios máximo, ayudado por otras deidades, creo entonces  una pareja con los huesos de los antepasados, pasta de maíz y frijoles, la cual cobró vida gracias al sol, el viento, fuego, y el agua.
El dios quiso hacer la Tierra plana y cuadrada para que los tlamameh la sostuvieran en cada una de sus esquinas, asentados en el piso del Inframundo, donde había vivido la anterior camada de hombres. Estos cargadores hicieron un plano superior para que fuera el Cielo. A cada esquina correspondía un rumbo sagrado, determinado por el movimiento del Sol, las lluvias y la muerte. El Oriente, llamado Inesca Tonath, El Lugar donde sale el Sol, simbolizaba el color rojo; al Poniente, Ihuetzica Tonatih, El Lugar donde se oculta el Sol, correspondía el color amarillo; el Norte, Inesca Xopanatl, El Lugar donde surge la Lluvia, se representaba con el color blanco; y el Sur, Mihcaohtli, El Camino de los Muertos, era de color negro. A los lados del Cielo y de la Tierra, existen unas paredes que contienen a las aguas del mar, son las Faldas de la Tierra, las Tlalcueitl.
Desde entonces, el Cielo cuenta con siete capas cuadradas, llamadas Ehecapa, Lugar de los Vientos, donde viven el aire y los vientos buenos y los malos; sigue la capa Ahuechtla, donde se encuentra el rocío; la tercera corresponde a Mixtla, Donde moran las Nubes y el Granizo; después viene Citlalpa, el Lugar de las Estrellas; continúa la capa llamada Tekihuahtla, Donde se encuentran las Autoridades, los Tlamocuitlalhuianeh; sigue la capa denominada Teopanco, donde moran los santos católicos y las deidades prehispánicas como Ompacatotiotzih, Chicomaxóchitl, Macuilixóchitl, Tonatih, Meetztli, y Tlacotecólotl. Finalmente, se llega al límite del Cielo donde hay una valla: la Nepancailhuicac. Este último sitio es oscuro y sirve de tiradero a los dioses. En la parte superior de la Nepancailhuicac viven los colibríes que acompañan al Sol durante el mediodía.
Por su parte, el Mictlah, el Inframundo está formada por cinco capas. Da inicio la Tlaketzaltla, Lugar de Horcones, donde se encuentran los cargadores de la Tierra ya mencionados; en la siguiente capa viven el Monstruo de la Tierra y una tortuga donde están parados los cargadores; Tlalhuitzoctla, el siguiente escalón, alberga a losTlalhitzocmeh, los gusanos; en seguida, se sitúa la Tzitzimitla donde viven las tzitzimime y todos los fantasmas encargados de provocar sustos a los humanos. Sigua la capa llamada Mihcapantli, donde habitan Mikistli, el dios de los muertos, y Tlacatecólotl Tlahueliloc, el Hombre Búho Enojado. Así está conformado el universo de los nahuas.

Sonia Iglesias y Cabrera

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