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Leyendas Cortas Quintana Roo

El hombre que le pegó a su madre

Esta leyenda sucedió en la Ciudad de Chetumal, en Quintana Roo, hace ya bastante tiempo. En una casa situada en la Avenida Pedro Joaquín, vivía un señor junto a su madre y un hermano menor. El hombre era muy rico, se dedicaba a comerciar con carbón, y tenía una bella casa con muchas comodidades. Un día conoció a una mujer que le impresionó por ser muy hermosa: morena, de pelo largo, negro y lacio, y con unos ojos color de malaquita. Desde que la vio por primera vez, el hombre cayó prendado para siempre, y empezó a cortejarla asiduamente.

En una ocasión en que se alistaba para ir a verla, le pidió a su madre que le llevase la mejor camisa de seda que tenía. La madre le contestó que desgraciadamente la camisa no había sido lavada todavía, y que se encontraba entre la ropa sucia. El hombre que era muy enojón, montó en cólera, gritó, blasfemó, y cegado por el coraje le dio un terrible golpe a su madre con el puño cerrado. La pobre mujer cayó al suelo, y entre lágrimas de dolor y desilusión, volteó a ver a su hijo y le dijo: -¡Vas a seguir vendiendo carbón, pero todo el dinero que ganes se te va a ir como agua! Lo había maldecido…

Tiempo después, una tarde llegó el hombre a su casa con carbones encendidos, uno de ellos se cayó al suelo, nadie se percató, y se produjo un terrible incendio que acabó con la casa, otra que estaba junto y que alquilaba, a más del dinero que guardaba en el ropero. En el incendio murieron la madre del mal hijo, y su hermano.

El hombre que golpeó a su mamá

Camina sin fin, sin rumbo fijo, como si quisiera expiar sus pecados. A veces, las personas compadecidas de su tragedia, le regalan algo de comer y beber, que el hombre acepta para no morir de inanición. Reconoce la terrible falta que cometió y quiere pagar por ello.

Y así seguirá por siempre, hasta que Dios le perdone, pueda morir y acceder al Purgatorio, para seguir pagando por su terrible culpa.

Sonia Iglesias y Cabrera