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Guerrero Leyendas Cortas

Las Piedras Azules

Esta leyenda tiene su origen a principios del siglo XIX. En una cierta ocasión, dos pastoras que vivían en la Costa Grande de Guerrero, decidieron acudir, junto con otros peregrinos, al Santuario de Chalma, sito en el Estado de México, a cumplir con una manda al Señor de Chalma por un favor recibido. Dicho Santuario, fundado en el siglo XVI, es muy famoso en todo México, pues el Señor que ahí se venera es muy milagroso y cumplidor.

Las dos mujeres iban vestidas con faldas largas de vivos colores y sombreros adornados con lentejuelas doradas y plateadas. Ambas llevaban un bastón que golpeaban en el suelo para que los cascabeles que llevaban en él sonaran al ritmo de sus pasos de baile, pues gustaban de bailar para dar gracias a los favores obtenidos.

Una de las pastoras incumplidas.

La caravana de peregrinos de la cual formaban parte las pastoras pasó por Acapulco, Chilpancingo e Iguala, apara tomar camino hacia Teloloapan y llegar al Santuario de manera más expedita. Cuando arribaron  a la zona conocida como Tierra Colorada, las pastoras manifestaron que estaban agotadas, y que ya no podían más con su alma. Por lo tanto, decidieron que ya no llegarían hasta el Santuario de Chalma a pagar su manda. Les comunicaron a los otros peregrinos que se quedarían en Teloloapan, a esperar el regreso de los fieles. Los peregrinos trataron de convencerlas de seguir el camino con ellos, pero las pastoras se negaron, y hasta expresaron que estaban arrepentidas de haber hecho tal promesa. Así pues, los peregrinos continuaron su viaje.

Poco habían andado los devotos creyentes cuando voltearon a ver a las pastoras que se habían quedado descansando en el pasto al lado del camino. No las vieron, pero quedaron muy sorprendidos a la vez que asustados,  de que en el lugar donde se encontraban sentadas las mujeres,  habían aparecido dos enormes piedras azules con figura de mujer.

Admirados al tiempo que desconcertados, los peregrinos comprendieron que el Señor de Chalma las había convertido en piedras por haber faltado a la promesa que le hicieran de ir a bailar a su Santuario, pues de todos es sabido que aquel que no cumple con las promesas que hace al Santo Señor, si convierte en piedra para siempre.

Sonia Iglesias y Cabrera