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Mitos Mexicanos

¿Qué es un mito? Definición, características, funciones y tipos de mitos

Definición de mito

La palabra mito deriva del griego mythos, que significa relato. Así pues, el mito es un relato fabuloso que pertenece a la tradición oral de los pueblos, en el cual intervienen como actores principales personajes sobrenaturales como dioses, semidioses, héroes y personajes fantásticos. Con los mitos, los hombres pretenden dar una explicación a los fenómenos naturales y a acontecimientos sociales. Los mitos siempre dan respuesta a preguntas relacionadas con la existencia, como por ejemplo cómo se creó el mundo, cómo se crearon los animales y las plantas, adónde van los hombres después de que mueren, y cómo el hombre ha llegado a existir.

Por tanto, los mitos son parte de la cosmovisión o concepción del mundo de las culturas que las produce. Por medio de la cosmovisión el ser humano conoce su remoto origen, la composición y distribución del universo y de las leyes encargadas de regular el equilibrio del cosmos. Tales conocimientos hacen posible la ejecución de sus acciones en la Tierra, y la continuidad, cohesión e identidad del grupo cultural al que pertenece.

Características del mito

El mito es un relato de carácter sagrado que narra un hecho ocurrido en los lejanos tiempos primigenios, cuando el mundo aún no era lo que conocemos actualmente, o de hechos que sucedieron cuando ya se había originado el mundo. Lo que define fundamentalmente al mito, es que en la narración siempre aparece uno o varios dioses que llevan a cabo acciones entre ellos mismos o en relación con los humanos. Sin dioses no hay mitos.

El mito, en tanto que es parte de la tradición oral (o folklore, como algunos estudiosos lo llaman), es de carácter anónimo, carece tiene autor identificable. Por ejemplo, nadie puede decir quién es el autor del mito referente a la Fundación de Tenochtitlan.

Por otra parte, cada nueva narración que se realiza de un mito cambia, en mayor o menor grado, el relato original, aunque en esencia nunca pierde su temática ni sus personajes principales.Este continuo movimiento y cambiodel mito debido a su oralidad, le confiere una dinámica propia regida por leyes de la transformación en el transcurso de su devenir histórico.

A pesar de su gran dinamismo el mito tiene carácter deubicabilidad; esto es, aparece en un determinado tiempo y lugar para cumplir un papel activo en la vida de la colectividad, reflejando las condiciones sociales en que surge y adquiriendo así su característica de funcionalidad.

Diremos entonces que la carencia de un autor identificable, el ser una creación popular oral, el estar sujeto a un continuo cambio narrativo, el poseer una condición diacrónica y sincrónica, y el ser ubicable y funcional constituyen las características esenciales del mito y de otros géneros de la tradición oral como en ocasiones las leyendas. Al conjunto de mitos de una comunidad determinada se le da el nombre de mitología.

Muchas de las mitologías existentes en el mundo, han dejado atrás su carácter de tradición oral al quedar plasmados en libros, para su difusión. Aunque esto no sucede con todas las mitologías existentes.

Las funciones de los mitos

Una de las funciones principales de los mitos constituye la de expresar la ideología de una cultura o comunidad; es decir, su especial manera de concebir al mundo, a la sociedad y las reglas que la rigen. Se trata de relatos que permiten la cohesión y propician la identidad de los grupos humanos que han existido desde el principio del hombre. A través del conjunto de mitos que llamamos mitología, el ser humano se identifica como parte de la comunidad a la que pertenece.

Por medio del mito, los hombres encuentran respuestas a aquellos fenómenos de la naturaleza que no pueden explicarse. Por ejemplo, cuando el hombre no podía explicarse el fenómeno de la lluvia porque sus condiciones científicas no se lo permitían, surgió el mito del dios Tláloc y de cómo el dios producía la lluvia, auxiliado por sus ayudantes los tlaloques, los duendecillos que se encargaban de provocar los truenos y vaciar el agua de sus cántaros sobre la Tierra y los seres humanos. La razón de la lluvia estaba explicada.

Así pues, podemos decir que los mitos tienen tres funciones básicas:

La primera de ellas es la explicación y justificación de la existencia del mundo en que viven los hombres por medio de las acciones que ejecutan los dioses.

La segunda función de los mitos se explica de la siguiente manera. A través de los mitos los hombres aprenden dogmas y reglas morales de convivencia social. Los dioses rigen sus vidas y ellos obedecen, les enseñan la diferencia entre lo bueno y lo malo, y el camino del bien y la rectitud. Las leyes de comportamiento las dictan los seres divinos como es el caso de la mitología judeocristiana en la cual jehová le indica a Moisés los Diez Mandamientos que deben regir el comportamiento humano.

La tercera función de los mitos proporciona esperanza ante la muerte. Pues al hombre la muerte le es desconocida y le asusta el hecho de no saber a dónde se dirigirá cuando muera, le aterra el hecho de desaparecer completamente de la faz del mundo, y se aferra a los dioses para hacer más soportable el tránsito al más allá, que le asegura que la vida no termina en este mundo, sino que continúa en el Más Allá. De ahí el mito del Tlalocan o Paraíso de los mexicas, a donde accedían los guerreros y las mujeres muertas durante el trabajo de parto. O el mito del Paraíso católico al que accederán todos aquellos que han tenido un buen comportamiento en este mundo.

Tipos de mitos

Los mitos cosmogónicos. Los mitos de creación o mitos cosmogónicos -del griego κοσμογονία o κοσμογενία, siendo κοσμος «el mundo», y la raíz γί(γ)νομαι, γέγονα, «nacimiento, nacer»- son relatos orales tradicionales que expresan la cosmovisión, y en los cuales los personajes, son dioses primarios o secundarios, héroes culturales, y seres mágicos y fantásticos.

Su temporalidad remonta al inicio del mundo o aun a antes, cuando el mundo no existía, como en el mito mexica de TloqueNahuaque, el dios primordial antecesor de todo lo existente. A través de tales mitos, los seres humanos se explican la creación del mundo, de los hombres, de la naturaleza y de los animales. Dentro de la mitología pueden ser considerados, sin temor a exagerar, como los de mayor importancia, dada la temática de los mismos: creatio ex nihilo, o sea, “desde la nada”.

Los mitos cosmogónicos expresan la ideología de la sociedad en que se producen, mantienen la conciencia de pertenencia e identidad al justificar las reglas, prácticas rituales y ceremonias de los pueblos, sea cual fuere la religión que profesan y el tipo de sociedad en que viven.

Es por medio de los mitos de creación que los hombres justifican su aparición en la Tierra y en el universo, a la vez que les otorgan la posibilidad de dar respuesta a las incógnitas que les plantean la adversidad de los fenómenos naturales. Los mitos son, pues, la explicación y justificación de la existencia del mundo. Justifican la existencia de normas de conducta que les son dictadas a los hombres por los dioses, o por los héroes culturales a quienes las deidades emplean como conductos mediadores eficaces.

Es un hecho curioso, a la vez que lógico, el que todos los pueblos del mundo posean mitos de creación, entre muchos otros que no atañen a la cosmogénesis; muchos de ellos presentan elementos comunes, otros son sui generis(especiales o específicos), pero todos cumplen las mismas funciones; a saber, obtener una visión integradora del mundo; una explicación necesaria, tranquilizadora o no, para la comprensión de los fenómenos naturales; la forja de patrones de identidad comunitaria; y la indispensable cohesión del grupo al que se pertenece.

La estructura conceptual de los mitos de creación conlleva, narrativamente, algunos elementos indispensables; a saber: el tiempo inicial o primario en que se efectuará la creación; el espacio donde brotará la vida; el surgimiento de dioses primarios, casi siempre creados por sí mismos o preexistentes eternamente; el proceso de la creación de los dioses creadores secundarios por obra de los dioses primarios o de algún elemento que ellos propician; la creación de héroes culturales cuyas acciones tienen como meta civilizar a los pueblos; la creación del hombre y de la mujer primigenios; la creación de los elementos y los fenómenos que integra a la naturaleza (plantas, montañas, animales, ríos, etc.); el ordenamiento del universo en planos superpuestos; el ordenamiento del universo en atención a los rumbos sagrados; la existencia de ciclos o etapas necesarias a la creación, que varían de una hasta muchas más, que se destruyen y resurgen, hasta llegar a la etapa sin retorno, donde el mundo debe acabarse para siempre.

Es por ello que a partir de los mitos cosmogónicos -y de ahí su importancia-, se desprenden diferentes tipos de mitos que conforman las diversas mitologías. Mencionemos algunos de ellos.

Los mitos teogónicos. Estos mitos son los encargados de explicar el surgimiento de los dioses de una mitología determinada. Nos explican la historia de sus vidas y de sus hazañas.

Mitos antropogénicos. En ellos se relata el surgimiento de los hombres que son creados por los dioses empleando diferentes medios, materiales vivos como los animales o inertes como lo serían el barro y el lodo. También nos narran cómo los dioses enseñan a vivir a sus seres creados en la Tierra, en su sociedad.

Los mitos etiológicos. Son los relatos mitológicos que tienen como objetivo explicar el origen de las cosas, los animales, las plantas, y de las instituciones que rigen la vida de los hombres.

Los mitos escatológicos. Son aquellos relatos que tienen a su cargo la explicación del fin del mundo, el cual será destruido por medio de causas naturales que se desencadenaran como el agua, el fuego, los terremotos, y en general debido a cualquier catástrofe o desastre natural al que el hombre tiene pavor. Por ende, la desaparición de los hombres.

Los mitos morales. Como los tipos anteriores se presentan a las mitologías de todas las culturas, civilizaciones y comunidades. En estos mitos se relatan la lucha entre el bien y al mal, la lucha de los contrarios siempre presente en el quehacer humano.