Entre los montes de                  la exhacienda de La Huerta está una loma llamada Cerro                  Teresa. 
                 Se cuenta que un matrimonio de Zinacantepec tenía una yunta                  de bueyes. Esa yunta, un día se les perdió, preguntaron                  por todos lados pero nadie les dio razón. Entonces se les                  ocurrió seguir el rastro que los animales habían                  dejado y así pudieron llegar hasta donde éstos estaban.                  Cerca de ellos estaba una niña llamada Teresa, lavando.
                 Ellos le preguntaron que dónde vivía y ella les                  contestó que vivía en una cueva. La niña                  a su vez les preguntó qué andaban haciendo por allí                  y ellos le respondieron que andaban buscando la yunta que estaba                  cerca de la cueva. Que era de ellos.
                 La niña les contestó:
-"Es verdad,                  yo fui por ella y para que se las regrese, necesitan llevar esta                  gran piedra al Nevado de Toluca".
                 La pareja aceptó y cumplió con lo que la niña                  pedía pero llegando a la laguna la niña les pidió                  que con su yunta la pasaran por enmedio de la laguna hasta el                  otro extremo. La niña les advirtió que nada les                  pasaría, pero que se les tenían que caer los pantalones,                  que iban a oír que les gritaban, que iban a oír                  muchas voces. pero que no voltearan. 
                 Al oír todo esto, el señor se resistió y                  ya no quiso pasar a la niña. 
                 La niña les dijo:
                 -"Mire usted señor, esta es una ciudad encantada,                  cada peña es un edificio y cada piedrita chiquita es una                  persona". "Si usted hace lo que le pido, la ciudad volverá                  a ser la de antes": 
Como el matrimonio                  se negó, la niña se perdió en la laguna junto                  con la yunta de animales. La pareja volvió a su casa y                  desde entonces aquel lugar se llama . 
                 LA CUEVA TERESA 
                 Platica nuestro informante que un pariente suyo, entró                  en dicha cueva, la cual descubrió por casualidad porque                  él era pastor. Les contó que dentro de la cueva                  hay pilares y corredores donde amarran los caballos que al fondo                  de la cueva se encuentra una puerta, de la misma roca; con una                  argolla para abrirla. Este señor jaló la argolla                  e intentó entrar pero no lo hizo porque oyó una                  voz que le decía: 
                 -"Si intentas abrir la puerta y quieres llevarte lo que deseas,                  te llevas todo o no te llevas nada". Como no vio quién                  le hablaba, tuvo miedo y salió corriendo. Llevó                  tal susto que al poco tiempo murió.