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Leyendas Cortas Oaxaca

Margarita Maza de Juárez en la leyenda

Margarita Eustaquia Maza Parada nació en la Ciudad de Oaxaca el 29 de marzo de 1826. Su madre se llamó Petra Parada Sigüenza y su padre Antonio Maza, de origen genovés. Margarita fue hija adoptiva y creció dentro de una familia adinerada que se esmeró por darle una buena educación y adentrarla en las ideas liberales.

Margarita pasó a la historia y la leyenda por haber sido la esposa de don Benito Juárez, cuyos padres murieron cuando contaba con tan solo tres años; y quien después de vivir un tiempo con sus abuelos, a la muerte de éstos fue a vivir con su tío Bernardino Juárez. En su afán de superarse, Benito llegó a la Ciudad de Oaxaca a la casa donde trabajaba su hermana Josefa, la casa de don Antonio Maza, donde conocería a Margarita y con quien contraería matrimonio el 31 de julio de 1843.

Margarita, mujer de fuerte carácter, vivió con Juárez muchas situaciones difíciles a las que tuvo que hacer frente sin jamás quejarse, sino siempre apoyando a su marido, a quien amaba profundamente. Por ejemplo, Margarita soportó el destierro de Juárez por no haber apoyado a Santa Anna, Después de refugiarse en varias haciendas para salvar su vida y la de sus hijos, logró enviarle algún dinero a Benito cuando se encontraba exiliado en La Habana, Cuba, y luego en Nueva Orleans, Estados Unidos.

Margarita y Benito Juárez

Cuando su marido regresó del exilio, Margarita puso una tienda en el pueblo de Etla para poder mantenerse. Poco después, durante la Invasión Francesa, Margarita volvió a separarse de Juárez, y ella, junto con sus hijas, organizó reuniones y eventos que le permitieron obtener dinero para apoyar la lucha juarista. Al ser descubierta por los esbirros de Maximiliano, el entonces emperador de México, no le quedó más remedio que refugiarse en Washington D.C. Es entonces cuando Margarita perdió a José y Antonio, dos de sus hijos. Hecho que la afectó sobremanera, pero que su fortaleza la hizo sobreponer.

Al triunfo de las tropas juaristas la esposa de Juárez regresó a México para reunirse con su esposo en un buque de guerra que el entonces presidente de los Estados Unidos le ofreció para su transporte.

Más adelante, la valerosa mujer perdió a cinco hijos más de los doce que había parido. Anteriormente ya había perdido en 1850 a María Guadalupe que contaba con un año de edad y a Amada, la cual murió a los dos años; en 1862, murió otra de sus hijas, Jerónima Francisca de tres años. Pero eso no fue todo, pues transcurridos dos años, Margarita perdió a José María, su hijo de ocho añitos, a quien siguió su hermano Antonio.

En el año de 1870, Margarita Maza empezó a sentir que su salud se deterioraba. Pero seguía animosa y disfrutaba de sus paseos con Benito caminando en el famoso Paseo de Bucareli. Sin embargo, la enfermedad avanzaba y los médicos informaron a Juárez que su esposa sufría de cáncer. Triste y alarmado, el presidente redujo sus horas de trabajo para poder pasar más tiempo con su adorada mujer en su casa de la Calle Puente Levadizo Núm. 4.

Ya en agonía, el cura del Templo de San Cosme administró a Margarita los santos óleos, y la moribunda le encargó a Benito que velase por la primera hija de Juárez, habida con su primer amor, y que Margarita había adoptado de buena gana, y por toda la descendencia de los Juárez-Maza. Además, Margarita le pidió a Benito que diera el permiso para que sus hijas se casasen por la iglesia como deseaban. A las cuatro de la tarde del 2 de enero de 1871, en su casa de campo de San Cosme, Margarita murió entre los gritos de dolor que Benito profería.

Todo el país sintió su muerte, ya que la mujer era muy querida, y se puso de luto. Una multitud acompañó su cadáver al cementerio de San Fernando, donde fue enterrada junto con las cenizas de sus hijos fallecidos, como fue su deseo.

Sonia Iglesias y Cabrera

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