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Guanajuato Leyendas Cortas Leyendas de Terror

Florentino el parrandero

Florentino Montenegro vivía en Guanajuato y se dedicaba a buscar yacimientos de plata y oro. Le iba muy bien en su trabajo y era apreciado por las personas que le rodeaban dada su simpatía innata. Como era parrandero le gustaba acudir a una taberna de no muy buena reputación para emborracharse con sus amigos y gastar el dinero que obtenía en su trabajo de minero.

Una cierta noche, Florentino salió de la cantina muy borracho y se dirigió a su casa por el Callejón de los Perros. De pronto, escuchó una voz que le llamaba por su nombre, se volvió a ver de donde procedía y vio a una mujer parada junto a una puerta. La mujer le invitaba insistentemente a pasar a su casa, alegando que hacía mucho frío y que quería proporcionarle algo de calor. Florentino se acercó a la mujer y se la quedó viendo. Se trataba de una mujer muy guapa, rubia y vestida de blanco. El minero, al verla, aceptó de inmediato la invitación. El cuarto era pobre, había una mesa con botellas de vino, una cama y un anafre en el cual estaba una cafetera. Las paredes estaban adornadas con calaveras. La mujer le ofreció una copa de vino que Florentino aceptó gustoso. La bella mujer le dijo al borrachales que le iba a llevar a un lugar donde se divertiría mucho; lo tomó del brazo y le llevó hacia una puerta que conducía a un subterráneo. Conforme bajaban todo se oscureció y Florentino se empezó a asustar, aun cuando siguió adelante para no quedar mal con aquella muchacha que harto le gustaba. Siguieron bajando y el lugar era cada vez más frío y se sentía un fuerte olor a azufre. Los escalones nunca terminaban. Florentino pudo darse cuenta que el lugar era como una especie de mina con socavones y con entes que gemían horriblemente. Florentino estaba aterrado y muy cansado de tanto bajar; quería regresar, pero su machismo se lo impedía. Por fin llegaron a una gran sala en donde unos seres endemoniados se peleaban y se pegaban. El pobre minero no sabía qué hacer, pues al mismo tiempo que veía esos horrores, la bella mujer le miraba con amor y no soltaba su mano. De repente, la mujer le soltó y se fue convirtiendo en calavera, la carne se le cayó y solamente quedó su esqueleto.Callejones de Guanajuato

La lava escurría por las paredes y Florentino se trataba de librar de ella como podía, cuando vio a un enorme diablo que llevaba cargando el esqueleto de lo que creyó una guapa joven. Ambos, demonio y esqueleto, miraban a Florentino y le insultaban. Tratando de escapar, el minero dio con las escaleras y empezó a subirlas rápidamente, hasta que llegó al cuarto desvencijado a donde la mujer le había invitado a entrar. Saliendo de aquel antro precipitadamente, el minero corrió hacia su casa.

Como su estado era lamentable, pues Florentino parecía un idiota que no podía hablar y sólo miraba al espacio, su esposa fue a buscar a un curandero. El hombre estaba hechizado y había que hacerle una limpia. Pero no conforme con ello, la mujer acudió a ver al sacerdote de la iglesia, quien acudió a la casa de la esposa y obligó a Florentino a relatarle lo que la había sucedido.

Al oír el relato, el cura le dijo a Florentino que le llevara a la casa de la bella mujer. Al llegar a la casa el sacerdote se acordó que en aquella casa había vivido una mujer hacía ya treinta años, y que él la había ayudado a bien morir. Entraron ambos al cuartucho, donde seguía la mesa con las botellas de vino y el anafre. La puerta que conducía al subterráneo se encontraba donde Florentino la recordaba, pero los escalones daban a una salida a otro callejón. Entonces, el cura le dijo al gambusino que lo que le había pasado era una experiencia demoníaca por llegar una vida tan desordenada y por gastar su dinero en parrandas y en mujeres de la vida fácil.

Arrepentido Florentino de sus malos hábitos, juró ante la Virgen que dejaría las malas costumbre para siempre. Y lo cumplió, transformándose en un hombre serio y responsable, que ahorro mucho dinero y se volvió muy rico.

Por su parte el sacerdote exorcizó la casa de la bella mujer, para que nunca más se le apareciera a ningún borrachín parrandero. Sin embargo, por las noches se aparece una mujer bella vestida de blanco por el famoso Callejón del Diablo, que gime y se lamenta e invita a los trasnochados a entrar en su humilde casa.

Sonia Iglesias y Cabrera

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Ciudad de México Leyendas Cortas Leyendas Mexicanas Época Colonial

Lázaro y el perro

Lázaro vivió en los inicios de la Nueva España. Era un mestizo a quien discriminaban tanto los españoles como los indígenas. Su madre había sido una bella indígena que había sido seducida por un soldado español, quien la había dejado en cuanto se enteró de que se encontraba embarazada.

El joven mestizo estaba perdidamente enamorado de una señorita española de muy buen ver, quien a su vez amaba a Lázaro con pasión. La relación amorosa que tenían los jóvenes la mantenían en secreto, ya que estaban ciertos de que tal amorío nunca sería permitido por los padres de la muchacha, quienes censuraban la mezcla de españolas con las castas que se formaron en la Colonia.

Así pasó cierto tiempo, sin que nadie se diera cuenta de los amores prohibidos, hasta que un día el padre de la chica los descubrió en pleno romance. Terriblemente enojado e indignado, el español juró que mataría a Lázaro por la ofensa que había infringido a su familia. Inmediatamente a la chica la internó en un convento. Y sin pérdida de tiempo, y acompañado por la traidora hermana del joven, acudió al Santo Oficio para denunciarlo de ser un brujo y de que con sus hechizos había seducido a su hija.

Ese mismo día por la tarde, Lázaro fue apresado por los inquisidores y llevado a los calabozos de la Inquisición. La sentencia no se hizo esperar, y a los pocos días el desgraciado mestizo fue sentenciado a morir en el garrote vil. A los pocos días de haber muerto Lázaro, por la Ciudad de México apareció un perro que a todos los habitantes asustaba por sus terroríficos aullidos. Empezó a decirse que las personas morían cuando dicho animal se les aparecía. Así que nadie quería salir de sus casas por las noches para no toparse con tan extraño animal.

Una noche, el perro entró en la casa de su hermana la cual se había casado con un hombre de mucho dinero. Al verlo, la mujer se asustó mucho pues se dio cuenta de que el perro se parecía muchísimo al hermano que había traicionado. De repente el perro se transformó en el fantasma de Lázaro y la hermana cayó de rodilla ante él pidiéndole perdón. Al ver que el perdón no acudía la mujer tomó un cuchillo y se lo clavó en el pecho. El marido, que había presenciado todo, se volvió loco y murió poco después.

El padre de la enamorada de Lázaro se enteró de lo acontecido y se asustó mucho, pues recordaba que era el causante de la muerte de Lázaro, y temía lo que pudiera hacerle el fantasma. Una tarde en que salía de una taberna, sintió que lo seguía alguien. Al llegar a la puerta de su casa se dio la vuelta y vio al fantasma de Lázaro frente a él, gritó y cayó muerto.

Cuando las autoridades del Santo Oficio se enteraron temieron por sus vidas y realizaron una misa para exonerar a Lázaro de toda culpa. Cuando se encontraban en la iglesia, se abrió la puerta y entraron dos espectros acompañados de un perro, Uno de ellos, Lázaro, pidió a los feligreses que no tuvieran miedo que tan solo quería que su cuerpo y el de su amada – quien había muerto al huir del convento- fueran enterrados cristianamente. Inmediatamente las figuras se desvanecieron, y solamente quedó el perro que llevó a las personas a la pobre cabaña donde había muerto su amada de tristeza y hambre. Una vez cumplida su tarea, el perro desapareció. La conseja popular dice que por ciertos rumbos de la ciudad se escuchan, por las noches, los terribles aullidos del perro.

Sonia Iglesias y Cabrera

 

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Leyendas Cortas Nayarit

La Madre del Maíz

Los indios huicholes decidieron un buen día que ya estaban cansados de comer siempre las mismas cosas, que por cierto no les agradaban mucho. Querían algo nuevo que pudiesen comer de muy diferentes maneras. Pero desconocían cuál sería ese alimento maravilloso. Sin embargo, en la tribu había un joven que había oído hablar del maíz y de que con este cereal podían prepararse muchos sabrosos platillos como los chilaquiles, el pozole, las gorditas… Y decidió ir en busca del maíz, que sabía se encontraba pasando una gran montaña. Un buen día salió de su casa por la mañana y emprendió el camino que lo conduciría atrás de la montaña. Cuando llevaba caminado un buen tramo, se encontró con una fila de hormigas que eran las encargadas de guardar las semillas de maíz. Sigilosamente, las siguió. Pero llegó un momento que  el joven se quedó dormido de cansancio. Mientras reposaba, las hormigas se comieron sus ropas y sólo le dejaron el arco y la flecha. Cuando nuestro héroe despertó, se percató de su desnudez y se puso muy triste lamentando su desgracia. En esas estaba, cuando llegó una pájara que se posó en las ramas de un árbol cercano. En seguida, el joven se dispuso a matar el ave. Ella se lo impidió al decirle que era la Madre del Maíz, y que quería invitarlo a la Casa del Maíz donde se guardaban los granos, porque quería que el tomase los que le hacían falta.Familia huichol

La pájara tenía cinco hermosas hijas que habitaban la Casa del Maíz. Se llamaban Mazorca Negra, Mazorca Blanca, Mazorca Azul, Mazorca Roja, y Mazorca Amarilla. El joven quedó prendado de Mazorca Azul, con la cual se casó, con la venia de la señora pájara. Juntos regresaron al pueblo y se pusieron a vivir en el teocalli comunal, ya que carecían de casa propia. Poco después, consiguieron una casa, que tenía la facultad mágica de llenarse de espigas de maíz continuamente que la embellecían extraordinariamente. Mazorca Azul, que era bondadosa con el pueblo, le regalaba a los pobladores parte de las mazorcas que aparecían. Un día, decidió enseñarle a su joven esposo, y a todos los hombres del poblado, a sembrar y cultivar el maíz; y a colocar alrededor de las milpas fuego para que los animales indeseables no se comiesen los sembradíos.

Una vez que Mazorca Azul transmitió sus conocimientos agrícolas a las personas, procedió a molerse a sí misma y se convirtió en un sabrosísimo atole que todos disfrutaron muy calientito, a más de que aprendieron a cocinar muchos y sabrosos platillos con los granos del maíz. Así ya nunca se quejaron de lo aburrido de su alimentación.

Sonia Iglesias y Cabrera

 

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Durango Leyendas Cortas

El Hombre sin Cabeza

En la ciudad de Durango, en la década de los años cincuenta, vivía un trabajar ferroviario en un carro de ferrocarril. Trabajaba para el Ferrocarril Central Mexicano poniendo y cambiando las vías que se necesitaban por la parte del pueblo llamado Nazareno, ubicado en la Comarca Lagunera cera del río Aguanaval.

En una ocasión, nuestro hombre acudió a la fiesta que se daba por motivo de una boda. La fiesta empezaba temprano para durar todo el día. De tal manera que los padres de los novios estaban obligados a dar desayuno comida y cena a los invitados. Había comida y bebida al gusto y en abundancia.

El ferrocarrilero había sido invitado a la fiesta por ser amigo del novio, y en todo el día no había parado de comer y beber. Asimismo, bailó como un trompo desde la mañana hasta la noche. Se encontraba muy feliz en la reunión departiendo con sus amistades y agasajando a las mujeres que le gustaban.

Al llegar la noche, y aun cuando se encontraba bastante borracho, recordó que tenía la obligación de hacer el cambio de vía a la once, y aunque un poco molesto por tener que dejar la fiesta, decidió cumplir con sus obligaciones. Hizo el cambio que se requería y un poco cansado de tanto baile, decidió descansar por un rato mientras el tren llegaba al cambio y él se percataba de que todo iba bien en las vías. El tren debía pasar a las seis de la mañana.

Se recostó en el suelo y apoyó su cabeza en el riel para estar más cómodo. Como estaba bastante borracho el sueño lo venció y se quedó dormido. El tren pasó a la hora que le correspondía y le cortó la cabeza al pobre hombre que reposaba en la vía. Mientras tanto la fiesta seguía. La cabeza del ferrocarrilero quedó, sola, entre los durmientes.

A la media mañana del día, algunos invitados que se dirigían a sus casas se dieron cuenta de lo que había pasado. El Comisario Ejidal de Lerdo, dio aviso a las autoridades que recogieron el maltrecho cuerpo sin cabeza, a fin de entregarlo a sus familiares para ser enterrado cristianamente. Y así se hizo.

Sin embargo, a los pocos días, las personas empezaron a ver por las noches el fantasma del ferrocarrilero que caminaba por la vía sin cabeza, la cual lleva colgando de su mano derecha. Esta aparición sigue hasta el día de hoy. Dicen los que la ven que los ojos de la cabeza del hombre tienen un brillo aterrador cuando se encuentran con alguien. Desde entonces, muchas son las personas que han caído desmayadas del susto o que han sufrido serias enfermedades al ver al escalofriante Hombre sin Cabeza.

Sonia Iglesias y Cabrera

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Leyendas Cortas Sinaloa

Malverde

A quien conocemos como Jesús Malverde, pero quien se llamaba en realidad Jesús Juárez Mazo, tenía el cabello y los ojos negros y tenía muchos epítetos: El Santo de los Narcos, El Ángel de los Pobres, El Bandido Generoso… Lo de Malverde le vino porque asaltaba en los verdes bosques y era un mal para los asaltados.  Malverde nació en Sinaloa en el año de 1870, y en cuanto pudo se dedicó a asaltar a los ricos en los Altos de Culiacán. Sus víctimas preferidas fueron los hacendados y gente adinerada como las familias de la Rocha, los Redo, los Tarazonas y otras más. Parte del dinero que obtenía de sus atracos se los daba a los pobres de Sinaloa. Parece ser que empezó con sus fechorías para vengar la muerte de sus padres que habían muerto en la miseria, a causa de los hacendados.

Antes de irse de ladrón, ejerció los oficios de albañil y de obrero de los ferrocarriles, trabajando en las vías del Ferrocarril Occidental de México y en el Ferrocarril Sud-Pacífico. Cuando ya se convirtió en un ladrón reconocido, el general porfirista Francisco Cañedo le puso precio a su cabeza. Después de una larga serie de robos, murió el 3 de mayo de 1909. De su captura y muerte existen varias versiones. Una de ellas afirma que lo agarró la policía y lo mató; otra nos cuenta que uno de sus cotlapaches lo traicionó para obtener el dinero que por él daban las autoridades; la tercera versión propone que en un enfrentamiento con la policía recibió una herida que se le gangrenó y lo llevó a la tumba.El Santo Malverde

Antes de morir y ya agonizando, le pidió a un compañero que lo delatara para cobrar el dinero que por él ofrecía el mencionado general y que ese dinero pasara a manos de los descamisados. Cuando murió se prohibió que lo enterraran y su cadáver quedó colgando de un árbol de mezquite, como ejemplo para aquellos que intentaran seguir sus pasos. Al caer su podrido cuerpo a tierra, los habitantes de Culiacán empezaron a cubrir su cuerpo de piedras que iban arrojando: es por ello que en sus ofrendas de flores y velas siempre se pueden encontrar piedras.

Tanto lo quisieron los pobres que lo convirtieron en santo, santo que por supuesto no reconoce la Iglesia Católica. Su culto se fue extendiendo fuera de Sinaloa a otros estados del país. Se le venera en varias capillas sitas en Culiacán, Tijuana, Chihuahua, la Ciudad de México, y aun en Colombia y Los Ángeles, en Estados Unidos. Como no está reconocido oficialmente como santo, se le suele llamar “ánima”. Su culto tiene mucho de la tradición católica, como por ejemplo la celebración de novenas, y los rezos que se le dedican para obtener milagros y curaciones. Puede decirse que Malverde es el santo de los emigrantes que van a los Estados Unidos, de los narcotraficantes, de los pobres encarcelados injustamente o no, y el patrono de las causas perdidas.

Cuauhtémoc Villa Toledo, escritor oriundo de Sinaloa, escribió una oración a Malverde que se ha hecho famosa, la cual dice: Hoy ante tu cruz postrado ¡Oh Malverde, mi Señor, ¡te pido misericordia y que alivies mi dolor! Tú que moras en la Gloria y estás cerca de Dios escucha los sufrimientos de este humilde pecador ¡Oh, Malverde milagroso!, ¡Oh, Malverde mi Señor, concédeme este favor y llena mi alma de gozo!

Actualmente, la tumba de piedras que le hicieron a su muerte fue destruida y sus huesos fueron trasladados a una capilla, donde acuden sus miles de fanáticos cada año a rezarle y pedirle toda clase de favores.

Sonia Iglesias y Cabrera

 

 

 

 

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Leyendas Cortas San Luis Potosí

La Casona que no Quería Morir

Una leyenda de San Luis Potosí nos cuenta que, a finales del siglo XX, las autoridades de la ciudad decidieron modificar y modernizar algunas calles de la ciudad. Se eligieron las calles de Uresti, la Avenida Carranza y la Avenida Reforma. Para llevar a cabo tal medida se hacía necesario derrumbar algunas casonas que se encontraban en las calles mencionadas, lo que permitiría la creación de un pasaje turístico que atrajera visitantes.

Ni que decir tiene que tal medida contaba con simpatizantes y detractores que veía con malos ojos ese proyecto que restaría belleza a la ciudad. Algunos de los dueños de las casas se defendieron de la demolición, pero desgraciadamente perdieron y sus propiedades fueron demolidas.

Sin embargo, una de las casas que se encontraba en la Avenida Reforma y que hacía esquina con la Calle de Álvaro Obregón, propiedad de una mujer llamada Raquel Villalba, se salvó de la demolición y de la correspondiente expropiación, debido a algunas complicaciones de índole legal.La Casa Embrujada

La solitaria casa quedó abandonada en el paraje urbano y en ella solían meterse alguno que otro drogadicto o teporocho, para hacer de las suyas. Fue entonces que empezó a correr el rumor de que la casa estaba embrujada, y que en ella habitaban fantasmas de los cuales valía más la pena cuidarse, pues eran de temer, se afirmaba. Se veían luces por las ventanas y se escuchaban ruidos escalofriantes procedentes de la deshabitada casa. E incluso algunas personas aseguraban que por las ventanas se asomaban caras de terribles espectros.

Un cierto día aparecieron frente a la casa máquinas que tenían como tarea derribar la siniestra casona. Sin embargo, los días transcurrían y la casa seguía en pie. Algunas personas opinaban que se trataba de problemas legales, pero otras aseguraban que la casa se resistía a ser derribada, pues cuando los trabajadores preparaban las máquinas para tirarla, éstas se descomponían inmediatamente, Así sucedió una y otra vez. Además, muchas de las herramientas de trabajo desaparecían y no se las volvía a encontrar. Los obreros afirmaban que al estar dentro de la casa o cerca de ella, sentía cosas extrañas y escalofriantes que les ponían los pelos de punta. Muchos de ellos se negaron a seguir trabajando, aunque les aumentaran la paga.

Un día, los encargados de derrumbarla llevaron a un brujo para deshacer el hechizo que suponían pesaba sobre la casa. El exorcismo funcionó ¡Y por fin pudieron derrumbarla! Entonces descubrieron un túnel que comunicaba a la casa con varios templos y con otras casas aladañas, el túnel había sido construido durante la época colonial, cuando la casona había sido edificada.

De la casa no quedó nada, pero en el pasaje turístico, en el sitio que corresponde a la antigua ubicación de tal mansión, se pueden escuchar por las noches golpes en el suelo, tal cual si un hombre hubiese quedado atrapado en el túnel y quisiera salir desesperadamente.

Sonia Iglesias y Cabrera

 

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Guerrero Leyendas Cortas

Amor Eterno

En el bellísimo e histórico pueblo de Taxco de Alarcón, ubicado en el norte del estado de Guerrero, vivía, hace ya unos cientos de años, una familia muy rica, fanática de la religión y de las costumbres tradicionales; está de más decir que dicha familia tenía prejuicios raciales y de clase, y no se permitía ninguna relación que n fuese con personas de su misma alcurnia. La familia estaba formada por los padres, una hija, y un varón llamado Álvaro, joven blanco, de ojos azules y de cabello como la miel.

En cierta ocasión llegó a servir a la casona donde vivían una joven mulata, Felisa, bonita, de pelo negro, largo y rizado, delgada, morena, dulce como las flores. Se trataba de una joven humilde de diecisiete años, muy cumplidora en sus deberes, alegre, y a la cual le gustaba mucho cantar mientras realizaba sus labores. Sobre todo, cuando alimentaba a los pájaros que se encontraban en las jaulas de la galería del patio central.

Un día, al oírla cantar Claudio se fijó en ella y quedó prendado de su voz y de sus encantos que saltaban a la vista. Se enamoró profundamente y le confesó su amor sin ambages. La mulata le correspondió y, al tiempo, decidieron casarse. Pero la joven estaba consciente de que los padres de Claudio no estarían de acuerdo con ese casamiento, por ser ella una mulatica de clase muy humilde. Y efectivamente, la madre, el padre y la hermana pusieron el grito en el cielo ante tal locura, de la que por supuesto no estaban de acuerdo.

Al muchacho no le importaba que sus padres se opusiesen y estaba dispuesto a desobedecer la prohibición que le hicieran de contraer matrimonio, por el gran amor que sentía por Felisa. Poco le importaba que lo desheredaran. Sin embargo, la hermana de Claudio que era caprichuda y malvada, un mal día agarró a golpes a Felisa y la corrió de la casa, amenazándola de muerte si volvía a ver a su hermano.

Desolada, Felisa su fue hacia las montañas, y en un río donde se encontraba una poza de agua transparente, se dejó morir hundiéndose poco a poco, segura de que nunca podría ser la esposa de Claudio.

Esa misma noche el enamorado tuvo un sueño en el veía a la mulata que lo llamaba desde la poza cristalina. La vio parada a la orilla y llamándolo con lágrimas en los ojos. Sin pensarlo mucho, el enamorado salió de su casa por la madrugada y se dirigió hacia la poza. Al llegar a ella vio a Felisa que se metía en el agua y enseguida la siguió. Ambos jóvenes se habían suicidado por un amor frustrado por las ideas obsoletas del padre de Claudio.

Las noches de luna llena, junto a la poza de agua plateada, se ven dos sombras que caminan a la orilla de la poza. Van tomados de la mano, en sus rostros puede verse la gran alegría que siente por haber podido unirse por toda la eternidad, a pesar de las prohibiciones que los orillaron al suicidio.

Sonia Iglesias y Cabrera

 

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Baja California Leyendas Cortas

El Tesoro de la Faraona

Cuenta una leyenda de Baja California que una bailarina de nombre La Faraona fue contratada por el Casino de Agua Caliente para alegrar con sus danzas y su belleza a los clientes. Esta hermosa mujer tenía un amante, lord inglés, que no la amaba, pero a quien atraía su belleza y la suerte que tenía en el juego. La Faraona llevaba siempre un brazalete de esmeraldas que, según ella. le traía suerte en los juegos de azar. Todo lo que ganaba se lo entregaba a su amante, quien le aseguraba que cuando juntasen el dinero suficiente volverían a Inglaterra y ella sería su esposa. La relación entre ambos duró mucho tiempo. El lord era ya muy rico, gracias a la bailarina.

Una cierta noche, el velador del casino había observado por la ventana de la cabaña a la pareja y los había visto contando monedas de oro que guardaron en un baúl cerrado con llave y metieron al ropero. Al acabar de guardar el dinero, el hombre se acostó y se durmió en el acto, gracias a unas copas de vino que había tomado. La Faraona, en camisón blanco bordado de ricas perlas, aprovechó que su amante estaba dormido y sacó la llave del baúl de debajo de la almohada del inglés. Sacó el baúl y tomó una pistola que se encontraba sobre la mesa del comedor donde habían estado degustando un buen vino.La Faraona

La Faraona se llevó el baúl y se perdió entre los árboles del jardín a fin de esconderlo. El velador se quedó en su sitio y esperó hasta que la bailarina volviese a su cabaña. Pasada una hora la mujer regresó y al cerrar la puerta se despertó el inglés, quien enseguida se dio cuenta de que la puerta del ropero estaba abierta, y que el baulito no estaba como tampoco su pistola.

Suponiendo lo peor, el hombre se lanzó encima de la mujer para ahorcarla, culpándola de la desaparición de sus riquezas. La bailarina lloraba angustiada y enojada, ya que se dio cuenta que su adorado no la quería y sólo la usaba para conseguir dinero. Al poco rato, ya más calmados, pero aun discutiendo, La Faraona sirvió dos copas de vino. De su seno sacó una pequeña bolsita de papel y vertió el contenido en ambas copas Al entregarle la suya a su amante, le susurró algo al oído, nunca se supo qué le dijo. Bebieron. Al momento ella se desplomó en el suelo muerta y el inglés salió corriendo y despavorido de la cabaña pidiendo auxilio.

Lo auxiliaron y salvó la vida. El lord inglés decidió irse para siempre de aquellos lugares sin el dinero robado por su amante. Se desconoce lo acontecido con el cadáver de la bailarina. Pero la leyenda nos cuenta que por las noches lluviosas se puede ver a la bella mujer caminando por los jardines del Casino de Agua Caliente, luciendo su bella bata y descalza. Al mismo tiempo que camina va danzando sobre el césped. Se dice que vigila que nadie le robe su tesoro que tanta desdicha le ocasionó.

Sonia Iglesias y Cabrera

 

 

 

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Leyendas Cortas Veracruz

El Callejón de «Jesús Te Ampare»

Jalapa, cuyo nombre en lengua náhuatl significa “manantial en la arena”, es la capital del estado mexicano de Veracruz. Su nombre oficial es Jalapa-Enríquez. Esta hermosa ciudad se fundó gracias a varias familias de indios totonacas que se asentaron en el sito. A la llegada de los españoles a esta localidad, en 1519, recibieron en santa paz a las huestes de Hernán Cortés, para convertirse en 1521 en tributaria de la corona de España.

La tradición oral de Jalapa cuenta con un sin fin de leyendas, a cuál más de curiosas. De entre ellas relataremos a continuación una que tuvo su origen hace ya muchos siglos, durante la etapa colonial.

A la entonces Villa de Jalapa llegó en cierta ocasión una familia procedente de España. La hija del matrimonio español contaba con diecisiete años de edad, y era considerada como toda una belleza: alta, delgada, rubia, de ojos verdes y sonrisa cautivadora. La familia compró una hermosa casona para instalarse la cual se encontraba situada en un callejón.El famoso Callejón de Jesús te Ampare

Por azares del destino la joven conoció a un estudiante que vivía en Jalapa. Ambos se enamoraron y se hicieron novios. El respondía al nombre de Cosme de Taboada y se trataba de un atractivo y educado joven, apenas un poco mayor que la chica. Como los padres los padres le apreciaban, el joven contaba con el permiso para visitarla a través de las rejas del balcón de la sala. Juntos se pasaban horas platicando de una y mil cosas y jurándose amor eterno.

Así transcurrían las amorosas tardes de los jovencitos. Hasta que, en una ocasión, en un feo día de llovizna ligera, un borracho pasó por la ventana de la casa en donde se encontraba la pareja y vio a los amantes en amorosa plática. Como el ebrio había perdido hacía poco a su esposa a la cual adoraba, al ver la felicidad de los novios se llenó de envidia y rencor.

Mientras el borracho los observaba con odio, los chicos gozaban de su felicidad sin sospechar los sentimientos que había provocado en aquel tipo briago.

Sigilosamente, el borracho se fue acercando a Cosme y sacó una navaja del su cinto. Atacó al joven por la espalda y le provocó multitud de heridas mortales. Al ver lo que sucedía, la bella muchacha grito empavorecida: – ¡Cosme, que Jesús te ampare!

A partir de ese momento, los habitantes de Jalapa empezaron a nombrar al callejón donde se encontraba la casona de la familia española como El Callejón de la Muchacha de Jesús te Ampare o El Callejón de Jesús te Ampare, como hasta la fecha se la conoce.

Sonia Iglesias y Cabrera

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Leyendas Cortas Oaxaca

La Isla del Gallo

En el estado mexicano de Oaxaca, se encuentra la llamada Isla del Gallo que forma parte de la Laguna de San José Manialtepec, que se encuentra en el Municipio de San Pedro Mixtepec. La Laguna dista 18 kilómetros de Puerto Escondido, la famoso ciudad y puerto de la región costera de Oaxaca.

La Laguna de San José Manialtepec es muy especial, pues se caracteriza porque cuenta con agua salada, agua dulce y agua termal.

La Isla del Gallo es pequeña y cuenta con muy pocos habitantes, que ocupan tan sólo cuatro viviendas. De esta isla salen en el día las embarcaciones que llevan a la Laguna de Manialtepec a los turistas interesados en ella. Por las noches, las embarcaciones se adentran en la laguna para mostrar la fosforescencia que se produce en el agua y que parece como si el agua se llenara de escamas de plata.Una cabaña en la Isla del Gallo

La conseja popular afirma que la Isla del Gallo se formó porque, hace ya muchos años, un pedazo de estrella cayó del cielo a la Laguna de San José. Entre los primeros habitantes de la isla se encontraba un señor cuyo nombre se ha perdido en los vericuetos del tiempo. Este hombre tenía como mascota a un hermoso gallo. Ni que decir tiene que los dos se querían mucho y nunca se separaban, salvo cuando el señor tenía que ir a cazar cocodrilos, trabajo con el que se sostenía, pues la vida era muy dura en esos lares en aquellos lejanos tiempos.

Cuando el hombre se alejaba de su casa para ir a cazar, el gallo le cantaba para despedirle, y lo mismo hacía cuando llegaba cansado y fatigado de ir a su labor. El hermoso gallo se quedaba solo y pacientemente esperaba hasta que su dueño volvía y le daba su alimento. Así iba pasando la vida de estos dos seres.

En cierta ocasión el señor de los cocodrilos salió a trabajar. Pasó el tiempo, llegó la hora en que debía encontrarse en su casa, pasó, y el hombre no volvió en toda la noche. Así sucedió durante varias tardes. El gallo cantaba llamando a su compañero, que no volvía; hasta que un 24 de diciembre el gallo lanzó su último canto de desesperación y murió de hambre, soledad y tristeza.

Desde ese día, cada 24 de diciembre se escucha en la Isla del Gallo el último canto lastimero del ave que murió esperando, inútilmente a su amo al que tanto había querido.

Sonia Iglesias y Cabrera